La Organización Internacional del Trabajo celebra su centenario en su conferencia anual en la que hará una declaración sobre cómo afrontar las consecuencias de los avances tecnológicos. "Las normas no las harán robots", ha asegurado su director general Guy Ryder.
PUBLICIDADLa Organización Internacional del Trabajo cumple cien años. El complejo futuro del mundo laboral es el centro de su conferencia anual que ha comenzado este lunes en Ginebra. Participan en ella unos cincomil delgados. También asistirán unos cuarenta jefes de Estado o de Gobierno.
"Están aquí porque comparten la visión y la confianza de Albert Thomas y la convicción de que está al alcance de nuestra mano generar condiciones de trabajo decentes para todos, en las que las empresas prosperen, las personas triunfen y las sociedades progresen", decía el director general de la organización Guy Ryder.
La OIT está formada por representantes de empleados, empleadores y Gobiernos. Surgió bajo la premisa de que una paz duradera se basa en la justicia social tras los horrores de la guerra.
Un vídeo de la organización lo resume:
"La OIT fue creada en 1919 como parte del Traatdo de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial para asegurar la justicia social para las personas en el trabajo. Se convirtió en una agencia especializada de la recién formada Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial y hoy en día cuenta con 187 países como socios, que continúan aumentando".
A lo largo de su existencia la OIT ha tratado todas las facetas relacionadas con el trabajo: desde la duración de la jornada laboral, pasando por la edad mínima, la protección a la maternidad o las desigualdades de género.
En los últimos años se ha enfrentado con retos sin precedentes, como las condiciones y desequilibrios sociales provocados por la globalización. O el impacto que los avances tecnológicos tienen en trabajos, sueldos y derechos. Tecnología que crea nuevos empleos pero destruye otros convertidos en obsoletos en tiempo récord.
"El futuro del trabajo no está predeterminado", ha asegurado Ryder. "No será decidido por nosotros, ni por los robots, ni por la inteligencia artificial. El futuro del trabajo será el resultado de nuestras decisiones, nuestras elecciones y nuestra capacidad de continuar trabajando en ellas".
De esta conferencia saldrá la declaración del centenario, que se espera sea una guía para hacer frente a todos esos cambios. Los asistentes también debatirán la adopción de una convención internacional contra la violencia y el acoso en el trabajo.