Los continuos cortes de suministro eléctrico en Venezuela han alumbrado un negocio boyante: la venta de generadores. Todo aquel que puede permitírselo tiene uno en su negocio o vivienda. Sin embargo, no ofrecen una garantía absoluta.
Los continuos cortes en el suministro eléctrico que sufre Venezuela han disparado las ventas de generadores en ciudades como Caracas o Maracaibo. No todo el mundo puede permitirse gastar cientos de dólares en un país donde el salario mínimo ronda los siete dólares. Sin embargo, tampoco son muchos quienes se pueden permitir que la comida se eche a perder. Por eso, cuando llega el apagón, un estruendo de los motores inunda la ciudad.
El profesor Wilfido Briñez explica por qué posee uno de estos aparatos:
“Los decibelios de ruido son altos, muy altos, pero no nos queda otra: o tenemos ruido o no tenemos electricidad... estamos teniendo un racionamiento de doce o más horas al día de electricidad, lo que hace que tengamos problemas con los alimentos, que los alimentos se puedan dañar. Que la proteína animal, lo que es el queso, la carne, la leche, se te pueda dañar... y no te queda otra que tomar esos ahorros que tienes para cualquier emergencia e invertirlos en comprar una planta (generadora)".
Sin embargo, los generadores tampoco suponen una garantía absoluta. A pesar de que Venezuela se alza sobre un mar de petróleo, la gasolina que hace que funcionen esos aparatos escasea y el desabastecimiento de combustible puede golpear a barrios enteros en cualquier momento.