La breve pero extremadamente violenta tormenta eléctrica del sábado por la tarde, en el sudeste de Francia dejó un muerto e incalculables pérdidas en el mundo de la agricultura. Una turista alemana falleció en la localidad de Taninges, en los Alpes, víctima de la caída de un árbol
PUBLICIDADEl balance es desolador. La breve pero extremadamente violenta tormenta eléctrica del sábado por la tarde, en el sudeste de Francia dejó un muerto e incalculables pérdidas en el mundo de la agricultura. Una turista alemana falleció en la localidad de Taninges, en los Alpes, víctima de la caída de un árbol, cuando buscaba refugio en su autocaravana.
En Suiza, una turista se ahogó en el lago Leman al volcar la embarcación en la que navegaba.
El granizo, con bloques de hielo que llegaron a alcanzar el tamaño de una pelota de tenis, más de 23.000 relámpagos y ráfagas de viento que rondaron los 111 km/h, arrasaron con todo a su paso en una de las tormentas más violentas de los últimos años.
Muchos cultivos han resultado dañados, especialmente en el departamento de la Drôme. Algunos agricultores relataban que era la primera vez que veían las frutas caer al suelo por la fuerza del granizo.
El ministro de Agricultura Didier Guillaume viajó el domingo a la Drôme para evaluar los daños y apoyar a los agricultores afectados. Guillaume ha prometido declarar el estado de catástrofe natural lo antes posible.
"Es catastrófico, rara vez he visto episodios como éste, la situación es realmente dramática. En términos agrícolas, los departamentos de la Drôme y el Isère son los más afectados", dijo a la televisión la BFMTV.
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También se han registrado daños en vehículos, mobiliario urbano y en viviendas.
Aceras blancas, que recuerdan a jornadas más propias del período invernal, calles y avenidas convertidas en ríos, localidades anegadas... las inclemencias climatológicas han dejado su devastadora impronta en numerosas naciones europeas como Suiza, Inglaterra y Polonia, entre otras, a lo largo del fin de semana.
El episodio tormentoso fue de una violencia 'inaudita' en muchas zonas. Caídas de ramas e incluso de árboles enteros, techos de edificios arrancados de cuajo que volaron por los aires como si fueran simples trozos de papel, infinidad de automóviles dañados, miles de hogares sin electricidad... muchos de los afectados no habían vivido nunca antes un episodio tan dramático. Con el susto, aún en el cuerpo, ya se han puesto manos a la obra para reparar los enormes daños causados por lo que consideran como una de las 'tormentas del siglo'.
El fenómeno es similar a la "gota fría" que se produce más habitualmente a finales del verano: las "supercélulas" tormentosas se forman por el contraste entre el aire frío de las capas altas de la atmósfera y temperaturas muy cálidas en superficie. Las tormentas pueden ser más violentas cuando quedan "estancadas" en los relieves montañosos.
En este caso el aire frío procedente del Atlántico "chocó" con las masas cálidas que permanecían en el Este de Francia en torno al Mediterráneo. Las tormentas estaban a bastante altitud por lo que se repartieron por todo el sudeste de Francia.
Este tipo de fenómeno es difícil de prever para los meteorólogos. Las tormentas de granizo son aún más difíciles de situar.
La semana anterior se produjeron gigantescas tormentas de granizo algo más al norte, en Baviera, Alemania.