Desafío final en Hong Kong. Los manifestantes vuelven a ocupar las principales arterias y se concentran ante el Parlamento en un pulso a la jefa del Ejecutivo, un día después del ultimátum para que retire la polémica Ley de Extradición
Hong Kong vuelve a estar este viernes al rojo vivo. Los manifestantes se han concentrado una vez más ante la sede del Parlamento, acordonado por la Policía. La mayoría son jóvenes, vestidos de negro en señal de luto por su autonomía política de Pekín.
Esta nueva movilización se produce un día después de que concluyera el plazo que dieron a la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, para que retire la polémica ley de extradición a China, que ha sido el detonante de esta crisis sin precedentes en la antigua colonia británica.
El líder de la Revolución de los Paraguas, al frente de la movilización
Apenas unos días después de su salida de prisión, el líder de la Revolución de los Paraguas (el movimiento prodemocrático de 2014) está al frente de los manifestantes. Joshua Wong fue liberado el pasado domingo tras dos meses encarcelado. Este viernes es la voz de la multitud que pide la dimisión de la jefa de Gobierno honkonés.
Sindicatos estudiantiles y otros grupos opositores han convocado la protesta a través de las redes sociales y aplicaciones de mensajería como Telegram. Varias calles principales están cortadas y todos los edificios gubernamentales permanecen cerrados.
El pasado 9 de junio, un millón de manifestantes salieron a la calle. Una semana después, el doble, en una masiva protesta de la ciudadanía de la excolonia británica, que teme que China vaya comiendo parcelas de su autonomía. En ese sentido, temen que el proyecto de ley de Extradición, que por el momento está suspendido, les deje a merced de la opaca justicia china, bajo influencia del Partido Comunista.