Este sábado se ha escrito en Italia un nuevo capítulo en el enigma de la búsqueda de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano desaparecida hace 36 años. Se han abierto e inspeccionado dos osarios con la esperanza de encontrar respuestas al misterio.
Este sábado se ha escrito en Italia un nuevo capítulo en el enigma de la búsqueda de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano desaparecida hace 36 años. Se han abierto e inspeccionado dos osarios con la esperanza de encontrar respuestas al misterio.
En esta ocasión sí se han extraído varios huesos que deberán ser analizados en los próximos días por el profesor Giovanni Arcudi, especialista en medicina legal designado por el Vaticano, en presencia de un experto nombrado por la familia Orlandi.
Esta nueva apertura se produce después de que el pasado día 11 se abrieran dos tumbas, pertenecientes a dos princesas alemanas, y no se encontrara nada. Ambas tumbas estaban completamente vacías.
Emanuela Orlandi desapareció en 1983 cuando tenía solo 15 años. Lo hizo tras abandonar el apartamento familiar en la Ciudad del Vaticano. Se dirigía a una clase de música. El caso se reabrió este año cuando la familia recibió una carta anónima en la que se señalaba que el cuerpo de Emanuela podría estar escondido entre las tumbas del cementerio teutónico.
El Vaticano siempre ha negado cualquier tipo de intromisión en la investigación del caso