Invitada por algunos diputados franceses, otros no han querido hacer acto de presencia en su debate al considerar su presencia de irrelevante.
PUBLICIDADLa activista Greta Thunberg, icono joven de la lucha contra el cambio climático visita Francia. Ha sido invitada por un grupo de parlamentarios franceses para debatir en la Asamblea Nacional de Francia donde algunos partidos, principalmente de centro derecha y de ultraderecha, no han recibido de buena gana su presencia.
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"Creo que el mayor peligro no es nuestra inacción. El verdadero peligro llega cuando las empresas y los políticos hacen como si de verdad se estuviera haciendo algo, cuando en realidad no se lleva a cabo nada, excepto sacar provecho económico y crear campañas de relaciones públicas. Algunas personas han elegido no estar aquí hoy. Hay quienes no quieren escucharnos. Y me parece bien. A fin de cuentas solo somos niños. No tienen que hacerlo. Pero sí deben escuchar a la ciencia y a los científicos. Y eso es todo lo que pedimos, que haya respaldo hacia el mundo científico".
Opiniones divididas
Escuchada con devoción por unos y criticada por otros, la joven sueca no deja indiferente a nadie.
Entre los diputados más críticos que sí han acudido al debate, estaba Valerie Boyer, miembro del partido de centro derecha Los Republicanos. "No podemos tener como icono a una joven que ha dejado de ir al colegio, y que no cree en la ciencia, que se mueve más por las emociones que por las soluciones", afirmaba.
Para otros, como Olivier Falorni, del partido Movimiento Radical, Thunberg es un ejemplo. "Tiene todo el derecho de estar en la Asamblea Nacional. No es una científica, sí, pero tampoco se trata simplemente de escuchar las palabras de una adolescente. Para mí, Greta es una llamada. Un toque de atención global que ella misma representa y que ella misma encarna. Necesitamos símbolos como ella, porque tenemos que dirigirnos a la juventud".
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Thunberg visita París en la que ya es la segunda oleada de calor en pocas semanas. El pasado junio, se registraron temperaturas extremas de 46 grados en el sur del país, algo inédito para Francia.