Solo 4 mujeres tienen un World Press Photo: “¿En serio?", la sorpresa de la ganadora en 2010

El retrato de Bibi Aisha, ganador del World Press Photo en 2010.
El retrato de Bibi Aisha, ganador del World Press Photo en 2010. Derechos de autor Jodi Bieber
Derechos de autor Jodi Bieber
Por Sofia Sanchez Manzanaro
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La sudafricana Jodi Bieber ganó el premio más prestigioso en fotografía con el impactante retrato de una joven afgana mutilada por su marido.

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Jodi Bieber, nacida en Johannesburgo, Sudáfrica, ganó el premio más prestigioso del mundo de fotografía en el año 2010, el World Press Photo of the Year. La fotografía ganadora fue el impactante retrato de Bibi Aisha, una joven afgana mutilada por su marido tras intentar huir de su casa cuyo rostro dio la vuelta al mundo.

Resulta sorprendente que Bieber (1966) sea una de las cuatro mujeres que ha obtenido este galardón en la larga historia del premio, que se remonta al 1955, cuando lo ganó Mogens von Haven, fotógrafo danés, que capturó el preciso instante en el que un motorista se estrellaba durante una competición.

En los últimos 64 años tan solo las fotógrafas Françoise Demulder (Francia), en 1977, Dayna Smith (Estados Unidos), 1999, Lara Jo Regan (Estados Unidos), en 2001, y Jodi Bieber (Sudáfrica), en 2011, han conseguido alcanzar este hito en su carrera profesional.

“¿En serio? ¡Eso es increíble!, exclama Jodi Bieber en una entrevista a Euronews, al conocer que tan solo ella y tres mujeres más han ganado el World Press Photo.

Bieber afirma que fue uno de los momentos más álgidos de su carrera, pero no solo por ganar el premio, sino porque le llevó a viajar a una veintena de países para explicar al mundo qué había detrás de la foto de Bibi Aisha y también cuáles eran sus otros proyectos.

“Durante un año dejé mi cámara y todo fue comunicar mi trabajo”, explica Bieber, que también destaca el “gran crecimiento personal” que esto significó para ella.

Pero pocas mujeres fotógrafas han tenido la oportunidad de la sudafricana. Como ella misma reconoce, la industria del fotoperiodismo es un mundo muy masculinizado, que además es “bastante conservador”. “Es una industria que ha existido desde hace muchas décadas, es diferente a la fotografía artística, es un mundo más moderno”, añade.

Además, la precariedad del fotoperiodismo empuja a muchas mujeres a apartarse de él. Bieber explica que no siempre su profesión no siempre es económicamente viable y que, a cierta edad, muchas mujeres tienen que hacer “concesiones y sacrificios”, principalmente por su familia, algo que les llevaría a dejar la fotografía.

Sin embargo, destaca que en la actualidad es posible que esta situación haya cambiado y que cada vez más mujeres intenten conciliar los viajes que implica su trabajo con la vida privada.

Por otra parte, Bieber añade que la falta de galardonadas en estos certámenes no vendría por una aparente ausencia de fotógrafas en el sector, ya que existen muchas mujeres en trabajando como fotoperiodistas internacionales, sino que precisamente los hombres abundan en certámenes, premios y festivales.

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Jodi Bieber
El retrato de Bibi Aisha, ganador del World Press Photo en 2011.Jodi BieberJodi Bieber

La historia detrás del retrato de Bibi Aisha

La fotografía con la que Jodi Bieber alcanzó el pico de su carrera periodística es el retrato de la joven afgana Bibi Aisha, una impactante imagen que encumbró a la sudafricana. “No creí que fuera a ser seleccionada, los retratos no se llevaban tanto en aquella época y menos de este tipo”, explica.

Se trata de un trabajo que realizó para la revista TIME, que le mandó retratos de mujeres afganas para la edición de agosto de 2010.

“En 2009, Bibi Aisha, una joven de 18 años de la provincia de Oruzgan, en el sur del Afganistán, huyó de la casa de su marido, quejándose de palizas, malos tratos. La entregaron a su marido cuando tenía 12 años, como pago para resolver una disputa", explica a Euronews Bieber.

"Habiendo soportado seis años de tormento y abuso, escapó al único lugar al que podía ir, a la casa de su familia. Fue aquí donde los miembros de la corte tribal llegaron una noche y exigieron que la niña fuera entregada a la justicia. La llevaron a un claro de la montaña, donde el comandante local emitió su veredicto. Luego fue sujetada por su cuñado, mientras que su marido primero le cortó las orejas y luego la nariz. Aisha se desmayó del dolor, pero pronto se despertó ahogándose con su sangre", declara.

Con la ayuda del ejército estadounidense, los trabajadores humanitarios la llevaron a un refugio de mujeres en Kabul dirigido por una organización afgano-americana, Women for Afghan Women (WAW). Allí permaneció, bajo el cuidado de trabajadores sociales capacitados, hasta agosto de 2010.

Jodi Bieber era consciente de que la joven estaba pasando por un duro momento de estrés postraumático y no quiso obligarla a que le explicase su historia durante la sesión fotográfica.

"Durante la sesión bajé mi cámara y le dije a Aisha que no me puedo imaginar cómo se debe haber sentido al ser inmovilizada y violada de forma tan brutal. Le pregunté si podíamos trabajar juntas para mostrar su fuerza interior, su belleza interior, su poder...Ella miró a la cámara y fue entonces cuando tomé esta fotografía", explica Bieber.

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Actualmente, el rostro de Aisha ha sido reconstruido y vive con una familia afgano-americana en los Estados Unidos.

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