El Tribunal de Moscú emitió sus primeros veredictos en el llamado "caso de Moscú" sobre el enfrentamiento entre la policía y los manifestantes durante las manifestaciones que exigían el registro de los candidatos de la oposición para las elecciones de la Duma de Moscú, el pasado 27 de julio.
El Tribunal de Moscú emitió sus primeros veredictos en el llamado "caso de Moscú" sobre el enfrentamiento entre la policía y los manifestantes durante las manifestaciones que exigían el registro de los candidatos de la oposición para las elecciones de la Duma de Moscú, el pasado 27 de julio.
Ivan Podkopaev y Danil Beglets fueron condenados a dos y tres años de prisión. Ambos admitieron su culpabilidad y aceptaron un procedimiento especial para las audiencias, sin examinación de los hechos.
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Podkopaev, como se indica en la sentencia, roció gas pimienta en dirección a los agentes del orden. cuando estos intentaban aglomerar a los manifestantes en la calle utilizando barreras metálicas.
Danil Beglets dijo que fue procesado por tirar de la mano de un policía. Según los investigadores, utilizó la violencia contra un representante de la autoridad, tratando de impedir las detenciones. El fiscal en la corte llamó a esto un "crimen contra la política pública".
No obstante, se suspendió la investigación sobre 5 de los 14 acusados de disturbios masivos tras una evaluación jurídica imparcial de los materiales de investigación, según fuentes.
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Por su parte, Vladislav Sinitsa fue condenado a 5 años de cárcel por un tuit donde criticaba las acciones de las autoridades y explicó que los agentes no deberían burlarse de los activistas ya que sus perfiles en las redes sociales serían utilizado para secuestrar a sus hijos. Sinitsa, acusado de incitar el odio, aseguró que solo señalaba el peligro que desencadena la violencia policial.
Esto es Rusia, no Francia
En su reunión con el presidente Emmanuel Macron a mediados de agosto en la capital francesa, el mandatario ruso Vladimir Putin habló por primera vez sobre las protestas de julio en Moscú y no dudó en calificarlas de "disturbios", asegurando que en la capital rusa no se repetiría lo ocurrido con los "chalecos amarillos", la ola de manifestaciones que abarcan todo el territorio del país cada sábado desde octubre de 2018.