Junto a Brasil, los incendios amazónicos han puesto a Bolivia en el punto de mira de la comunidad internacional. Desde principios de año, en este país han ardido cerca de dos millones de hectáreas, miles de focos siguen activos y la temporada de las quemas con fines agrícolas aún no ha terminado...
Junto a Brasil, los incendios amazónicos han puesto a Bolivia en el punto de mira de la comunidad internacional. Desde principios de año, en este país han ardido cerca de dos millones de hectáreas, miles de focos siguen activos y la temporada de las quemas con fines agrícolas aún no ha terminado...
A diferencia de Brasil, Bolivia ha acogido con los brazos abiertos la ayuda internacional: durante el pasado fin de semana llegaron los equipos de bomberos y drones que Francia prometió enviar en la pasada cumbre del G7. Otros países, como Argentina o Rusia, ya están presentes. El primero con hombres, el segundo, con dos aviones contraincendios de gran capacidad de carga.
Tampoco se ha mostrado reticente el gobierno boliviano a participar en iniciativas regionales para proteger la Amazonia de las llamas. Hace unos días, el presidente Evo Morales firmó el Pacto de Leticia junto a sus homólogos de Colombia, Ecuador y Perú, entre otros. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no acudió personalmente a la cita, pero sí plasmó su rúbrica en el acuerdo.
Sin embargo, la fuerza de la inercia económica es muy grande en una región en la que los incendios están estrechamente ligados a la extensión de los terrenos agrícolas, ganaderos y mineros. Desde 2005, Bolivia ha perdido unos cinco millones de hectáreas de bosque. En ese mismo periodo, el PIB nacional se ha multiplicado por cuatro y el respeto a la naturaleza ha quedado, con frecuencia, en un segundo plano:
"Los intereses corporativos se están imponiendo, rompiendo este principio de ser un país progresista que lucha por los pobres. Básicamente, estamos viviendo un neoextractivismo que dista mucho de esas políticas progresistas de convivir con la naturaleza", explica el politólogo Franklin Pajares.
Según las encuestas, los incendios apenas han chamuscado la imagen de Evo Morales a un mes y medio de las elecciones generales. El mandatario, máximo favorito para sucederse a sí mismo en las presidenciales, hace oídos sordos a quienes le exigen que retire sus planes para expandir la agricultura y hacer frente a la creciente demanda mundial de alimentos y materias primas.