ESPECIAL | 2019, otro verano desastroso para el Ártico, la trinchera del cambio climático

Foto aérea del glaciar Apusiajik de Groenlandia el 17 de agosto de 2019.
Foto aérea del glaciar Apusiajik de Groenlandia el 17 de agosto de 2019. Derechos de autor Jonathan NACKSTRAND / AFP
Por Rafael Cereceda
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Incendios sin precedentes, un deshielo récord y otros episodios climáticos extremos han marcado la temporada de verano de 2019 en el Círculo Polar Ártico. Se han igualado los niveles extremos del año 2012, una nueva muestra de que el Ártico está en primera línea de la crisis climática global.

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El invierno está llegando lentamente al Ártico. Con la llegada del otoño la región se sumirá en la oscuridad y el hielo tendrá una tregua después de otra terrible temporada de derretimiento extremo. A menos que se produzcan anomalías importantes -lo que no sería sorprendente, visto el calor de los océanos y en superficie en este mes de septiembre- los casquetes polares y el hielo marino comenzarán a recuperarse.

El cambio climático es dos veces más intenso en el Círculo Polar Ártico que en el resto del planeta: es lo que se llama la "amplificación ártica" aceptada por la mayor parte de la comunidad científica. Los polos son uno de los reguladores clave de la meteorología y el clima del mundo, actuando como un termostato gracias al viento y las corrientes marinas y atmosféricas.

Así que lo que ocurre en el Ártico, nos afecta a todos.

El año 2019 no ha superado los niveles récord de deshielo de 2012, pero ha estado casi a la par, y ha batido algunos récords, así que echamos un vistazo a los fenómenos que han hecho del 2019 uno de los años más agitados que se recuerdan en el Ártico y preguntamos a los expertos su opinión sobre el curso de los acontecimientos.

Informar sobre el cambio climático es un ejercicio difícil entre ser alarmista o realista, siempre cumpliendo nuestra labor de informar a la audiencia. Aunque parece que ser un poco alarmista es la manera realista de contar qué ha pasado este año en el Ártico.

A pocos días de una crucial cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático, bajo el lema de la "acción", los datos nos dicen que hará falta mucha acción para frenar lo que está experimentando la región.

¿Un Polo Norte sin hielo? Deshielo récord del hielo marino

El pasado mes de mayo, el Secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo, celebró las "nuevas oportunidades" que implica el calentamiento del Ártico. No mencionó el calentamiento, pero estaba implícito ya que los recursos del Ártico no eran explotables en el pasado. Ahora suena como una especie de profecía. Desde la última reunión del Consejo Ártico, en la que Estados Unidos se negó a firmar una declaración porque incluía el concepto de cambio climático, la región ha sufrido un deshielo sin precedentes.

Actualización: según los datos del Centro Nacional de la Nieve y el Hielo de EEUU el hielo marino del Ártico ya ha alcanzado su mínimo anual. Se confirma que 2019 es el segundo peor año en la era de los satélites después de 2012. Los últimos 13 años han marcado los mínimos de hielo en la era de los satélites.

La tendencia se ha ajustado a mediados de agosto, como muestra el gráfico interactivo del NSIDC.

Centro de Datos del instituto Nacional del Hielo y la Nieve estadounidense
Volumen de hielo en el ÁrticoCentro de Datos del instituto Nacional del Hielo y la Nieve estadounidense

El hielo marino tiene menos superficie, pero es también más delgado, por lo que el volumen total está disminuyendo, vertiendo millones de toneladas de agua dulce en los océanos.

Esto tiene consecuencias aún bastante desconocidas en los sistemas meteorológicos y climáticos, así como en el equilibrio biológico de los mares. Por no hablar del efecto más directo: el aumento del nivel del mar, también impulsado por la expansión del agua provocada por el aumento de la temperatura del mar.

Los científicos coinciden en señalar que la corriente de chorro, uno de los reguladores del clima terrestre, se ve entorpecida por la acumulación de agua dulce en los océanos.

Las observaciones por satélite permiten a los científicos confirmar que el ritmo se está acelerando.

CNES, LEGOS CLS
Nivel del mar de referencia desde 1993 (GMSL)CNES, LEGOS CLS

Sin embargo, Mark Drinkwater, jefe de la División de Ciencias de la Tierra y de la Misión de la Agencia Espacial Europea, dice a euronews que las ganancias de hielo marino fueron mayores durante el invierno 2018/ 2019 que las de los años anteriores y podría compensar las pérdidas de este verano. "Se necesitaría un derretimiento bastante excepcional este verano para borrar esas ganancias de masa y volumen de hielo. Esperamos a ver los datos de congelación de otoño de CryoSat y no las predicciones de los modelos para calcular la pérdida neta de masa derretida en verano".

La capa de hielo de Groenlandia -la segunda más grande de la Tierra después de la de la Antártida- se enfrentó a un episodio de derretimiento extremo a finales de julio, cuando la segunda gran ola de calor del verano en Europa se trasladó a la isla. Sin embargo el volumen de derretimiento de la superficie para el total de la temporada sigue estando por debajo del récord de 2012, o prácticamente a la par.

El climatólogo Xavier Fettweis explica a euronews que el deshielo puede continuar algunas semanas en el océano, pero que en principio el casquete de hielo de Groenlandia ya no sufrirá más derretimiento.

X. Fettweis, Université of Liège, Belgium/MAR regional climate model
Ganancias y pérdidas del casquete polar de Groenlandia por mes.X. Fettweis, Université of Liège, Belgium/MAR regional climate model

Drinkwater piensa que es mejor esperar tener los datos por satélite para obtener las pérdidas totales, "a menos que la pérdida de hielo exceda la temporada extrema de fundido de 2012, puede que 2019 no sea tan extremo finalmente.. Mientras, la ganancia de masa de la acumulación de nieve puede haber compensado el derretimiento. Así que esperamos que [la misión de observación climática]GRACE obtenga los datos de los satélites CryoSat y IceSAT para evaluar el volumen neto y la pérdida de masa".

En Groenlandia, la temporada de deshielo comenzó antes de lo habitual con un intenso episodio que dio lugar a una de las imágenes del año, aunque los científicos señalan que es más simbólica que científica: la foto de los perros tirando del trineo del climatólogo danés Steffen M. Olsen sobre el hielo marino inundado, en Groenlandia a principios de junio. La imagen se volvió viral en pocos dias.

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El último informe de los expertos franceses advierte que las previsiones anteriores sobre cambio climático quizás han sido demasiado optimistas, y en todos los escenarios prevén un calentamiento mucho mayor en el Ártico, con consecuencias para todo el resto del planeta.

Además, el derretimiento de los mayores glaciares del planeta, desde el Himalaya hasta los Alpes sigue acelerándose, como muestra el nuevo programa de euronews Climate Now. Esto, por supuesto añade agua dulce a los océanos a través de los ríos.

Incendios sin precedentes

Mientras el deshielo parece estar en línea con la tendencia general de las últimas dos décadas, lo que ha sido absolutamente excepcional en 2019 es el número y la intensidad de los incendios forestales dentro del Círculo Polar Ártico. Siberia fue lo más espectacular, sin duda. En el peor momento de la crisis, el humo cubrió más de 4.000 kilómetros, como lo demuestran las fotos de satélite obtenidas por el bloguero y experto Pierre Markuse.

Pierre Markuse/ Terra MODIS/ NASA Worldview
Vista de la columna de humo el 28 de julioPierre Markuse/ Terra MODIS/ NASA Worldview

Pero lo que da una imagen completa de lo excepcional que fue la temporada de incendios en el Ártico son los datos. El científico Mark Parrington, del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, ha compartido con euronews los últimos datos de la temporada. Uno de los indicadores clave para mostrar los incendios forestales son las emisiones de CO₂ El gráfico muestra las emisiones anuales desde 2003 en megatoneladas.

Fuera, pero muy cerca del Círculo Polar Ártico, ha habido incendios forestales generalizados en Alaska, Canadá, e incluso uno pequeño pero duradero en Groenlandia. El pico de incendios forestales en la región comenzó a mediados de junio y no se calmó hasta mediados de agosto, según los datos proporcionados por Parrington.

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Copernicus CAMS / ECMWF / Mark Parrington
Emisiones de CO2 anuales de los incendios del ÁrticoCopernicus CAMS / ECMWF / Mark Parrington

En las primeras semanas de julio los incendios emitieron tanto CO₂ como Suecia o Colombia en todo un año.

"Ciertamente, la escala y duración de los incendios dentro del Círculo Polar Ártico ha sido muy inusual, según los datos que tenemos en CAMS y los años que he estado observando los incendios en latitudes altas. Si el año que viene vemos algo similar en esa región, eso indicaría que el verano de 2019 ha sido un punto de inflexión en términos de incendios", dijo a euronews. Destaca el impacto que pueden tener en el ciclo de carbono terrestre -que ya está bastante congestionado- los gases de efecto invernadero extra vertidos a la atmósfera por los incendios, pero la comunidad científica todavía no tiene estudios y cálculos sobre cómo afectará al clima y la meteorología.

Parrington dice que no se sorprendió particularmente con los primeros datos de incendios forestales en junio. Pero a finales de mes, cuando se dio cuenta de que en realidad nunca se detuvieron y obtuvo el volumen de emisiones de CO₂ se sorprendió mucho. "Es preocupante, ya que los incendios de este verano son un claro indicador de que el clima y el medio ambiente están cambiando en el Círculo Polar Ártico de una manera que no habíamos visto antes. La cantidad de contaminación por humo emitida por los incendios es también una preocupación muy seria desde el punto de vista de la calidad del aire y de la salud, y se ha demostrado ampliamente en los medios de comunicación en los últimos meses que los efectos de esto pueden llegar muy lejos de la región de origen y tener impactos en la calidad del aire a miles de kilómetros de distancia", declaró Parrington por correo electrónico a euronews.

Temperaturas de récord

Julio fue el mes más caluroso jamás registrado en el planeta y el Círculo Polar Ártico no hizo una excepción.

Alaska vivió el verano más extraño de su historia con incendios forestales generalizados y su mes más caluroso jamás registrado, el mes de julio. Pero bueno, eso es más o menos como el resto del planeta.

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Además de eso, las temperaturas inusualmente cálidas han dejado a Alaskasin hielo marino, en absoluto. Las altas temperaturas del mar desencadenaron la proliferación de algas y ha habido episodios de muerte súbita de miles de animales desde la primavera: salmones, aves, pero también mamíferos marinos. La ciudad de Anchorage alcanzó la temperatura récord de 32,2º C.

En Canadá, también devastada por los incendios forestales, la base militar permanente de Alert, a sólo 900 kilómetros del Polo Norte, alcanzó el 14 de julio la temperatura récord de 21º C. Quebec, Ontario o Nueva Escocia sufrieron una gran ola de calor en julio con temperaturas que podían parecerse a los 45º C con humedad en Montreal.

Septiembre comienza en Canadá con una nueva ola de calor marina, y una ola de calor "normal" que traerá temperaturas "parecidas a las de julio".

Las temperaturas en Markusvinsa, en el norte de Suecia, en la frontera del Círculo Polar Ártico, alcanzaron los 34,8°C el 26 de julio, según un informe de la agencia estadounidense para el Clima NOAA. La ciudad de Saltdal, en el Círculo Polar Ártico de Noruega, alcanzó los 34,6º C.

El mes de septiembre también está batiendo récords de calor para esta época del año en Alaska, Canadá o Noruega. Y el Océano Ártico sigue estando excepcionalmente cálido.

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Climate Reanalyzer
Anomalía de temperaturas en el Círculo Polar Ártico (3 días a partir del 18/09/2019. El color rojo indica más calor del habitual.Climate Reanalyzer

Deshielo del permafrost ártico

Para terminar este repaso, no exhaustivo, no olvidemos mencionar que el rápido derretimiento del permafrost que continúa. No es el único factor, pero según los últimos datos de la agencia medioambiental estadounidense NOAA, hemos alcanzado niveles récord de emisiones de metano, en parte debido al deshielo del suelo Ártico.

Según un borrador de un informe de la ONU que ha podido consultar la agencia francesa de noticias AFP, entre el 33% y el 99% de los suelos congelados del mundo podrían derretirse para el año 2100. En junio, un equipo de investigadores de Alaska concluyó que el permafrost se está descongelando 70 años antes de lo esperado. El permafrost derretido libera metano un poderoso gas de efecto invernadero, así como bacterias olvidadas durante siglos, con consecuencias aún no han sido evaluadas.

¿Punto de no retorno?

Entonces ¿Podemos ser presa del pánico ya? Los científicos son reacios a decir "no hay vuelta atrás". Tienden a preferir decirnos que esto es coherente con las advertencias sobre el calentamiento global que han estado lanzando durante años.

Entrevistado por euronews, el climatólogo belga Xavier Fettweis -experto en Groenlandia- afirma que todavía no estamos en un punto de inflexión. "Utilizamos esta palabra en climatología para un punto de no retorno, cuando las consecuencias serán irreversibles incluso si el clima vuelve a sus valores normales. Para las capas de hielo, por ejemplo, es cuando el espesor de la capa de hielo es demasiado pequeño, lo que impide que el hielo se reconstruya. Para llegar a un punto de inflexión, necesitamos varias décadas con un verano así".

Sin embargo, Fettweis admite que está sucediendo más rápido de lo esperado, especialmente a la vista de los cálculos de los científicos franceses. "Después del verano de 2012, pensamos que era sólo una gran anomalía debido a la variabilidad natural y que el clima ártico volvería a tener condiciones veraniegas más normales después. Pero el hecho de que el mismo tipo de anomalías hayan vuelto a ocurrir este verano sugiere que los registros de 2012 y 2019 tal vez no se deban a la variabilidad natural, sino a una consecuencia del calentamiento global que actualmente está calentando el Ártico mucho más rápido de lo previsto por el IPCC". También señala que varios veranos desde 2007 también han superado las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. "Las anomalías de circulación (persistencia de altas presiones) observadas este verano han sido las más altas desde 1950", dice.

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Climate Reanalyzer
Alta presión instalada en Groenlandia el 1 de agostoClimate Reanalyzer

"Una de las consecuencias inmediatas de la disminución de la extensión de hielo marino son las anomalías en el Vórtice Polar en invierno, como ocurrió en Estados Unidos", dice. Fettweis piensa que el pronóstico del IPCC no ha tenido en cuenta los patrones meteorológicos anómalos actuales causados por una Oscilación del Atlántico Norte negativa de larga duración.

Advierte a la comunidad científica desde 2013 de que el calentamiento global está haciendo inválidas las predicciones anteriores sobre el clima y el tiempo. "Como ciudadano, veo que durante este verano, todas las señales de alarma se han puesto en rojo y que es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde. Creo que el tiempo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es quizás incluso más corto de lo esperado".

Mark Drinkwater dice que no se siente cómodo personalmente con el concepto de punto de inflexión. "Ciertamente ha habido una coincidencia de varios eventos bastante extremos este verano - aunque ninguno de ellos está realmente más allá de lo que se ha anticipado o predicho previamente dado el ritmo del calentamiento del Ártico", afirma.

"Es evidente que los incendios forestales boreales han sido excepcionales (Alaska, Siberia y Groenlandia), así como la aparición de intensas tormentas árticas con rayos cerca del Polo Norte. Por lo tanto, está claro que existe un preocupante ritmo de cambio en la región del Ártico con consecuencias de largo alcance que aún no comprendemos del todo. Lo que también está claro es que estos extremos provocan considerables variaciones año tras año, que ahora son evidentes en nuestras series temporales de datos por satélite", añade.

El climatólogo y doctorante Zachary M. Labe tampoco quiere hablar de umbrales sin retorno. "Está claro que este verano estuvo lleno de eventos extremos en el Ártico. Sin embargo, no creo que haya evidencia científica que sugiera que se ha alcanzado un punto de inflexión. Los puntos de inflexión no están bien definidos en la ciencia climática. También creo que distraen del mensaje principal, que es que las tendencias a largo plazo apuntan a un rápido cambio climático en el Ártico.

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La variabilidad interna (meteorológica) es extremadamente importante para los cambios anuales en el hielo marino del Ártico, la capa de hielo de Groenlandia y los incendios forestales de Siberia. Sin embargo, las tendencias a largo plazo siguen siendo coherentes con la Amplificación del Ártico: el hecho de que las temperaturas están aumentando más del doble de rápido que la media mundial".

100 años de anomalía de temperaturas del océano en agosto. 2019 es el más cálido.

Para Labe, incansable informando a sus seguidores en Twitter con los últimos datos, lo más preocupante como ciudadano es que estas condiciones están impactando a las comunidades indígenas y a la vida marina aquí y ahora. "A diferencia de otras partes del mundo, está claro que los efectos del cambio climático ya se están sintiendo en esta región. Debemos recordar que la gente vive en el Ártico y que sus comunidades están siendo afectadas negativamente por el cambio climático del Ártico ahora mismo".

Euronews cubrirá todos los eventos de los próximos días, desde la huelga climática mundial del viernes 20 hasta el final de la cumbre de la ONU el día 23 y la segunda huelga climática del viernes siguiente.

Siga nuestra amplia cobertura en nuestra página dedicada la crisis climática.

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