Comienza la cuarta revisión posterior al rescate, pendiente de las medidas fiscales de Mitsokakis y de sus posibles efectos en la economía del país.
PUBLICIDADKyriakos Mitsotakis, a examen. Este lunes arranca en Atenas la cuarta revisión posterior al rescate financiero, en la que los representantes de las instituciones comprobaran si las medidas fiscales anunciados por el nuevo primer ministro en busca de inversores pueden afectar a los resultados económicos de Grecia.
"Las iniciativas del gobierno para reducir los impuestos, especialmente en lo que se refiere a las empresas, la abolición total de los controles de capital y la voluntad de continuar con las reformas, envían una señal a nuestros socios y a los mercados, lo que se refleja en la caída del rendimiento del bono a 10 años", recuerda el presidente de la Cámara de Comercio de Grecia, Konstantinos Kollias. "Creo que todo esto conforma un paquete atractivo para la inversión".
Pero las inversiones necesitan financiación bancaria, y la gran cuestión es saber si el banco griego está en condiciones de financiar teniendo en cuenta sus tasas de morosidad. Estas han ido bajando a lo largo de los últimos trimestres hasta situarse en el actual 45,1%, 12 veces superior a la media de la Unión Europea.
"Instamos al gobierno a crear un banco de inversiones que pueda garantizar y cubrir a los bancos", señala el presidente de la Cámara de Comercio de Atenas, Ioannis Chatzitheodosiou. "Se debería permitir a las cámaras asumir una gran parte de las pequeñas garantías a las pymes, para poder apoyar así a los bancos y permitir la entrada de liquidez en el mercado.
La liquidación de los 1.400 millones de euros de atrasos es el otro gran reto para la economía griega. La tercera revisión posterior al rescate calificó de "decepcionante" el progreso del país en este sentido. Las vieja deudas con el sector privado no se liquidan con la suficiente rapidez, y mientras, se creando otras nuevas.
El gobierno griego quiere concluir la evaluación a finales de noviembre y a continuación ir a la reunión del Eurogrupo en diciembre sin que haya cabos sueltos. El objetivo será negociar y, en su caso, llegar a un acuerdo, sobre el recuento de los ingresos procedentes de los bonos del Estado griegos retenidos por los bancos centrales, en el marco de su programa de inversión pública, reduciendo así implícitamente el superávit primario acordado.