La cada vez más cercana unión entre el grupo francés PSA, fabricante de Peugeot, y el italo-estadounidense con sede en los Países Bajos, Fiat Chrysler, es el último movimiento que puede rediseñar el sector global automovilístico
PUBLICIDADAutomóviles sin conductor, vehículos híbridos y eléctricos, nuevas tecnologías, preocupaciones medioambientales y normativas de emisiones más estrictas en la Unión Europea... Estos son solo algunos de los desafíos que afronta la industria automotriz en el último año. Y, esto, es precisamente lo que explica una serie de fusiones y adquisiciones en la última década.
La cada vez más cercana unión entre el grupo francés PSA, fabricante de Peugeot, y el italo-estadounidense Fiat Chrysler, con sede en los Países Bajos, es el último movimiento que puede rediseñar el sector global automovilístico. De confirmarse, dará lugar a la cuarta compañía del mundo por ventas anuales, con un total de 8,7 millones de vehículos, por detrás del gigante alemán Volkswagen, el japonés Toyota y la alianza Renault-Nissan.
Hace unos meses, el Gobierno francés se opuso al proyecto de fusión entre Renault-Nissan y Fiat-Chrysler aduciendo que la estructura era muy compleja. Nissan tampoco veía con buenos ojos dicha unión.
Pero esta vez las cosas son diferentes. Para el ministro de Finanzas francés se trata de "buenas noticias para Francia y para Europa" al responder a las necesidades del sector.
"El punto más importante para nosotros es, evidentemente, la preservación de todas las zonas industriales y el mantenimiento del empleo", declara Bruno Le Maire, ministro de Finanzas de Francia.
"Lo que prima para nosotros como gobierno es que se asegure la productividad en Italia y que, por tanto, se garantice la continuidad de la compañía aquí en Italia", afirma Giuseppe Conte, primer ministro de Italia.
El legendario consejero delegado de Fiat, Sergio Marchionne, conocido por sus característicos jerséis negros y por la adquisición de Chrysler fue un firme defensor de la consolidación.
En su famosa presentación llamada "Confesiones de un adicto al capital", de 2015, destacaba que el sector no ha amortizado su inversión durante un ciclo productivo y que la consolidación es la clave para remediar el problema.