El autor de la masacre en un hospital checo creía que iba a morir y nadie le quería curar
El descontento con los servicios médicos podría estar detrás de la masacre perpetrada este martes por un individuo en un hospital de Ostrava, en el noreste de la República Checa. Seis personas han muerto y dos resultaron gravemente heridas tras ser tiroteadas a primera horas de la mañana mientras aguardaban en la sala de espera. Iwona Marusikova estaba en el centro médico:
"Trabajo en la unidad de sangre. Fue terrible, todavía estoy conmocinada, es muy triste. Ni siquiera puedo hablar de ello, es horrible".
El autor de los disparos huyó de la escena del crimen, pero se sucidió más tarde mientras era buscado por las fuerzas del orden. Según la prensa checa, tenía 42 años, llevaba un tiempo de baja médica, creía que iba a morir y nadie quería curarlo.
"Cuando la policía llegó al lugar", explica el ministro checo de Interior, "aún estaba vivo, pero sucumbió a sus heridas después de media hora de reanimación. El autor de este horrible acto está muerto", explicaba el ministro checo de Interior, Jan Hamacek.
Se trata del peor tiroteo de este tipo que se vive en la República Checa, donde la legislación sobre la posesión de armas es más permisiva que en la mayoría de sus socios de la Unión Europea.