"Cuando empecé a investigar a los criminales de guerra nazis pensamos que iba a ser un esfuerzo de corta duración [...]. ¿Cómo es posible que yo haya nacido en 1948 y todavía esté cazando nazis?",
Pronto nuestra entrevista con el 'cazador de nazis' Efraim Zuroff.
En junio de 2013, el exoficial de policía Laszlo Csatary fue acusado de contribuir a la muerte de 15.000 judíos que fueron enviados al campo de exterminio de Auschwitz en 1944. A los 98 años de edad, había pasado la mayor parte de su vida desde la Segunda Guerra Mundial en Canadá, trabajando como comerciante de arte bajo el pseudónimo Smith L. Csatary.
Pero Csatary nunca se enfrentaría a un juicio por sus crímenes. El 12 de agosto de 2013, murió de neumonía en un hospital de Budapest.
El descubrimiento del paradero de este nazi húngaro no fue casualidad. Csatary fue llevado ante la ley gracias a los esfuerzos del Centro Simon Wiesenthal y especialmente de su principal 'cazador de nazis', Efraim Zuroff que conversó con Euronews días antes del 75º aniversario de la liberación de Auschwitz.
Zuroff describió el caso de Csatary como una de las frustaciones de su carrera como detective.
"Ha habido bastantes docenas en las que se han tomado algunas medidas legales contra ellos. Para ser honesto, muy pocos fueron realmente castigados. Pero creo que exponerlos es probablemente un castigo mucho más doloroso que eventualmente meterlos en la cárcel", dijo.
El también historiador ha estado personalmente persiguiendo y llevando a juicio a docenas de nazis y sus colaboradores durante las últimas cuatro décadas, desde oficiales de rango y guardias de campo hasta comandantes de alto rango que comenzaron una nueva vida después del fin de la guerra en 1945.
"Una falta de urgencia"
Muchos mintieron a las autoridades estadounidenses y canadienses para trasladarse a Norteamérica, mientras que otros permanecieron en Europa. Y aunque en muchos casos los gobiernos han ayudado a localizar y condenar a los criminales de guerra, no siempre se actuó con la suficiente rapidez.
El 22 de enero de 2020, un estadounidense, Michael Karkoc, murió a la edad de 100 años mientras estaba siendo investigado por su presunta participación en una masacre de judíos en Chlanlow, Polonia, en 1944. Zuroff dijo que las autoridades estadounidenses y polacas actuaron "con falta de urgencia".
Pero si bien la vejez de muchos actores y perpetradores del Holocausto a menudo les roba a las víctimas la justicia, la mayor expectativa de vida también ha hecho posible que Zuroff encuentre y lleve ante la justicia a quienes participaron en el asesinato de judíos hace siete décadas.
"Cuando empecé a investigar a los criminales de guerra nazis pensamos que iba a ser un esfuerzo de corta duración [...]. ¿Cómo es posible que yo haya nacido en 1948 y todavía esté cazando nazis? Es una locura a cierto nivel", confesó Zuroff.
"Pero la prolongación de la esperanza de vida nos ha permitido reencontrar a personas de 90 años que gozan de buena salud y que pueden ser juzgadas".
Entre ellos se encuentra el caso de Bruno Dey, un ex guardia de la SS de 93 años de edad en el campo de concentración de Stutthof, cerca de Danzig, que ha sido acusado de ayudar e instigar el asesinato de 5.230 personas. Dey tenía 17 y 18 años cuando se cometieron sus presuntos crímenes.