Dos españoles baten el récord al ser los más jóvenes en cruzar el Himalaya

Dos españoles baten el récord al ser los más jóvenes en cruzar el Himalaya
Derechos de autor Sergi Unanue y Daniel Benedicto
Por Laura Llach
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Antes que ellos solo seis personas completaron el Great Himalaya Trail sin asistencia. Hablamos con Sergi Unanue sobre su experiencia.

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Lo primero que viene a la mente al enterarse que Sergi Unanue y Daniel Benedicto se han convertido, con tan solo 26 años, en los más jóvenes del mundo en cruzar el Himalaya, es su enorme resistencia física. Sin embargo, no hay que dejarse engañar. La clave del éxito está en su resistencia mental.

99 días de expedición poniendo al límite su fortaleza. 2376 horas inmersos en un pulso contra su mente. Un juego de desgaste, de resiliencia, como dice Sergi. Para recorrer -sin asistencia- los 1.600 kilómetros, que separan el punto más occidental del más oriental del Himalaya, hace falta mucho aguante, sí.

Pero mejor nos lo cuenta Sergi, empezando desde el principio.

“Dani y yo nos conocimos hace un año mientras viajábamos. Nos reunimos en Mongolia con la idea de comprar caballos y viajar durante semanas por la estepa, conociendo la cultura local y los nómadas. Los dos tenemos una forma de viajar y de ver la vida parecida”, relata en una conversación con Euronews.

Al acabar el viaje se hicieron una promesa. Si surgía otra aventura peligrosa, que requería un compañero de viaje, la harían juntos. Y la propuesta llegó. Daniel viajó a Nepal a principios de verano y descubrió la existencia de la ruta extrema del Great Himalaya Trail, un histórico trayecto que cruza la cordillera más alta del mundo.

“Cuando me lo propuso no me lo pensé. Lo teníamos que intentar”, cuenta Sergi. Así es como se embarcaron en una travesía desde el campo base del Kachenjunga, la tercera montaña más alta del mundo, hasta la pequeña localidad tibetana de Tumkot.

“Sin lugar a dudas, para nosotros el fracaso era una opción. Pero nos parecía que el simple hecho de intentarlo ya era un éxito. Teníamos ganas de ponernos a prueba y de ver dónde estaban nuestros límites. Al final, completamos la aventura, pero hemos visto nuestro límite más cerca que nunca”.

Sergi Unanue

Amanecer a las dos de la mañana

Y llega el momento que estaban esperando. Casi tres meses y medio conviviendo con la inseguridad que genera el no saber qué les depara cada día. Todos eran muy diferentes, había días en los que el camino les llevaba a pasar por pueblos y otros en los que había que superar un puerto de montaña muy alto.

¿Se puede llegar a tener una rutina en la más absoluta incertidumbre?

Más o menos. “Normalmente intentábamos aprovechar todas las horas de sol y nos íbamos a dormir muy pronto, sobre las seis o las siete de la tarde. Dormíamos muchísimas horas, entre diez y doce horas. Nunca en mi vida había dormido tanto”, nos explica Sergi.

“Los días más tranquilos eran los que cruzábamos pueblos por el camino, entonces sí que podíamos encontrar comida para comer o cenar. Los menos tranquilos eran en los que debíamos pasar por un puerto de montaña. Esos días nos levantábamos a las dos de la madrugada”.

Sergi Unanue

Algo especialmente complejo para dos jóvenes que no contaban con experiencia previa. Nunca habían estado en la alta montaña y Sergi nunca había realizado un trekking de montaña especialmente largo. Se tomaron la propia expedición como una preparación para el resto del camino.

“Los primeros días íbamos más despacio, controlando, mirando nuestros ritmos y poniéndonos en forma. Ya cuando estábamos bien físicamente y sabíamos lo que teníamos que hacer pudimos avanzar bastante más rápido. Poco a poco fuimos perdiendo miedos”.

A pesar de las advertencias de los locales -que aseguraban que era imposible realizar el trayecto solos- siguieron adelante y demostraron que podían hacerlo sin ser atletas profesionales, aunque acumulando un largo historial de situaciones complicadas.

“Hubo un día duro en el que hacía muchísimo frío, estábamos a -25 grados, y se me congelaron los dedos de las manos. Sufrí los primeros síntomas de congelación”.

“Otros días tuvimos que cruzar ríos descalzos porque no había puentes. Eran ríos de agua muy fría que lo único que te esperaba al otro lado era más frío y nieve. También nos hemos encontrado puertos de montaña con mucha altitud donde hay glaciares que pueden ser muy peligrosos cuando sus grietas se cubren de nieve y no ves dónde estás pisando”.

Situaciones que desgastan mucho anímicamente, donde tuvieron que estar concentrados constantemente, sin permitirse ningún error. Así lo cuenta Sergi, que hace parecer fácil lo que asustaría a cualquiera.

Sergi Unanue

¿No tuvisteis miedo?

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“Sí que hubo un momento especialmente terrorífico tanto para Dani como para mí. A él le temblaban las piernas, algo que no le había pasado nunca en su vida, y yo estuve a punto de romper a llorar. Estábamos andando en una de las regiones más aisladas de todo el Himalaya y de repente, casi sin darnos cuenta, el camino se fue empinando. Llegó un momento en el que lo único que podíamos hacer era o dar marcha atrás, descendiendo mientras escalábamos o tirar hacia arriba escalando”.

“Eran bastantes metros y no era nada fácil, especialmente porque no teníamos experiencia escalando, ni arneses, ni cuerdas de seguridad. Un paso en falso significaba caerse al vacío y, si esto hubiese pasado, el resultado hubiese sido la muerte instantánea”.

Tras 99 días lograron su objetivo. Solo seis personas antes que ellos completaron el Great Himalaya Trail sin asistencia ninguna. Ellos han sido los más jóvenes en hacerlo.

¿Y al llegar?

“Pensaba que sentiríamos euforia, pero en vez de eso lo que sentimos fue una enorme paz”.

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