Merkel pierde a su delfín y la CDU puede girar hacia la derecha

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La crisis de la CDU deja a Angela Merkel sin su delfín y sucesora. Annegret Kramp-Karrenbauer ha anunciado este lunes que abandonará la presidencia del partido y no concurrirá como candidata a la cancillería de Alemania. Su liderazgo quedó en evidencia la semana pasada, cuando la CDU de Turingia sumó sus votos a los de la ultraderechista Alternativa para Alemania o AfD para gobernar, un acto que la propia Merkel calificó de "imperdonable".

"He tomado nota de la decisión con el mayor respeto y la lamento", decía Merkel hablando del anuncio de Kramp Karrenbauer. "Imagino que no fue fácil, quiero darle las gracias por seguir ayudando en el proceso de encontrar a un líder del partido".

Aunque el acuerdo de Turingia apenas duró 24 horas, el daño ya estaba hecho. Se había roto un tabú que ha regido en la política alemana durante décadas: no se pacta con la ultraderecha.

"No hay acercamiento ni cooperación con la AFD ni con la izquierda. La AFD se opone a todo lo que nos convierte en la CDU. Cualquier acercamiento con la AFD debilita a la CDU. Estoy a favor de una CDU que rechace cualqui er forma de cooperación directa o indirecta con la AFD", decía Annegret Kramp-Karrenbauer.

La batalla por la sucesión está servida. Hace unos días, Friedrich Merz, un halcón del ala más conservadora del partido, renunció a su puesto en un fondo de inversiones para preparar su regreso a la política. Hay quien considera que es el candidato ideal para alcanzar un compromiso con los barones regionales del Este de Alemania, los más proclives a pactar con la ultraderecha.

También se baraja el nombre de Armin Laschet, ministro-Presidente de Renania del Norte-Westfalia, que se lleva bien con los más conservadores de la CDU y con el Partido Social Demócrata, socios de coalición de la CDU.