Éxito constante para Japón y para el joven georgiano Tato Grigalashvili durante la segunda jornada del Grand Slam de Düsseldorf.
Segunda jornada del Grand Slam de Düsseldorf en el ISS Dome. El público asistió a una ceremonia de apertura en la que los niños fueron los protagonistas exhibiendo sus talentos antes de que las estrellas del judo se hicieran con el tatami.
Nuestra mujer del día fue la japonesa Miku Tashiro, que derrotó a todas sus oponentes en su camino a la final con una variedad de tachi waza y ne waza. Después de derrotar a la austriaca Kathrin Unterwurzacher en la semifinal, Tashiro se enfrentó a la campeona olímpica y mundial Tina Trstenjak en la batalla por el oro. Con un record de nueve victorias a cero en sus encuentros personales, la japonesa se mostró confiada y se las arregló para aumentar a 10 su número de victorias frente a la eslovena.
El presidente de la Federación Internacional de Judo, Marius Vizer, le entregó la medalla.
El triple campeón del mundo y olímpico en la categoría de -73 kilos Shohei Ono estaba en su mejor estado de forma derrotando al también campeón olímpico Fabio Basile en su camino a la final con un impresionante contraataque. En la final Ono se enfrentó al campeón del mundo de 2018, An Changrim. Con un cinco a cero a su favor en sus encuentros personales, todo apuntaba a que Ono se las arreglaría para ganar a An una vez más con un inteligente waza ari.
Sergey Soloveychik, vicepresidente de la Federación Internacional de Judo y presidente de la Unión Europea de Judo, le entregó la medalla.
En la final de la categoría de -70 kilos la japonesa y campeona del mundo de 2018 Chizuru Arai, derrotó a la joven belga Gabriella Willems con un oportuno waza ari.
Y en la categoría de -81 kilos el campeón olímpico ruso Khasan Khalmurzaev fue superado por el georgiano Tato Grigalashvili.
Nuestro movimiento del día fue esta increíble técnica de Tsend Ochir de Mongolia. Tommy Macias intentó realizar un kosoto gari pero Tsend Ochir se las arregló para contraatacar con un ouchi.