Pese a estar formalmente acusado de varios cargos de corrupción, el bloque de la derecha que lidera el primer ministro saliente de Israel está a un paso de lograr la mayoría. Con el 90% de los votos escrutados, logra 59 de los 120 escaños de la Knesset.
PUBLICIDADBenjamín Netanyahu reivindica "la mayor victoria de su vida".
Pese a estar formalmente acusado de varios cargos de corrupción, el bloque de la derecha que lidera el jefe del Likud y primer ministro saliente de Israel está a un paso de lograr la mayoría. Con el 90% de los votos escrutados, logra 59 de los 120 escaños de la Knesset.
"Les dije que es una victoria contra todas las expectativas porque nos enfrentamos a fuerzas poderosas, nuestros oponentes ya hicieron nuestro obituario y dijeron que la era de Netanyahu había terminado", decía Benjamín Netanyahu, primer ministro saliente de Israel.
El Likud de Netanyahu, propulsado por el plan de paz de Donald Trump, cosecharía 36 escaños, cuatro más que la coalición de centro derecha Azul y Blanco, liderada por Benny Gantz, quien no oculta su decepción y pide esperar a los resultados definitivos.
"Entiendo y comparto el sentimiento de decepción y dolor por no haber obtenido el resultado que queríamos, y si estos son los resultados (finales), no volverán a encarrilar a Israel", declaraba Benny Gantz, líder de Azul y Blanco.
El bloque de centro izquierda lograría 53 escaños, incluidos los 15 obtenidos por la Lista Árabe Unida, que se convierte en la tercera fuerza de Israel, tras lograr dos asientos más que en septiembre y cinco más que en abril.
La mayor participación en esta tercera cita electoral en menos de un año, que ha alcanzado un 71%, podría ser la clave para acabar con el bloqueo político.