El ministro del Interior de Turquía ha sobrevolado la ciudad fronteriza de Edirne donde desde el viernes miles de refugiados se agolpan esperando entrar a Grecia, atraídos por el bulo de que la Unión Europea había abierto sus fronteras
Turquía ha desplegado a 1.000 miembros de sus fuerzas especiales de policía a lo largo de la frontera oriental para evitar las devoluciones en caliente de los migrantes que intenten cruzar a Grecia.
El ministro del Interior de Turquía ha sobrevolado la ciudad fronteriza de Edirne donde desde el viernes miles de refugiados se agolpan esperando entrar a Grecia, atraídos por el bulo de que la Unión Europea había abierto sus fronteras.
"Desde esta mañana, hemos desplegado 1.000 policías totalmente equipados de las fuerzas de operaciones especiales, y también enviamos zodiacs. No dejaremos que los que maltratan a estas personas sigan haciéndolo. Hemos tomado las medidas necesarias a lo largo de nuestras fronteras para evitar algunos intentos, que son una violación de las normas internacionales, y para salvar nuestras propias fronteras de un retroceso", ha explicado el ministro Suleyman Soylu.
Según fuentes del gobierno griego, desde las 6 de la mañana del miércoles, las fuerzas griegas han impedido casi 7.000 entradas ilegales y arrestado a 24 personas, la mayoría de las cuales provienen de Pakistán y Afganistán. Desde el sábado pasado, se han frustrado casi 35.000 entradas ilegales y más de 240 personas han sido arrestadas.
Dado que el Consejo de Defensa Nacional Griego decidió suspender todas las solicitudes de asilo durante un mes, los migrantes irregulares que lleguen a suelo griego desde 1 de marzo no serán registrados y no podrán solicitar asilo. El Ministro de Inmigración Notis Mitarakis dijo que aquellos que entraron ilegalmente desde el domingo serán transferidos a un centro de detención cerrado en el norte de Grecia para ser deportados.