La pandemia de la COVID-19 ha dado una estocada de muerte a la temporada turística en el Algarve, en el sur de Portugal. Muchos hoteles de esta zona de sol y playa no reabrirán sus puertas cuando concluyan los confinamientos en el país y en el resto de Europa.
PUBLICIDADLa pandemia de la COVID-19 ha dado una estocada de muerte a la temporada turística en el Algarve, en el sur de Portugal. Muchos hoteles de esta zona de sol y playa no reabrirán sus puertas cuando concluyan los confinamientos en el país y en el resto de Europa. Las previsiones sobre la tasa de ocupación son devastadoras para lo que queda de 2020. En el mejor de los casos se prevé una tasa de ocupación del 15% en plena temporada alta.
"Podemos tener algo de mercado interno en julio y agosto, pero será manifiestamente insuficiente para cubrir los gastos del resto del año... Nuestras previsiones apuntan a la recuperación a partir de abril del próximo año, para la época de Pascua, pero de forma lenta y progresiva", explica Elidérico Viegas, presidente de la Asociación de Hoteles del Algarve.
El mismo diagnóstico han hecho muchos hoteles al otro lado de la frontera. El turismo es uno de los pilares de la economía tanto española como portuguesa y cuando este falla, algo que hace muchos años que no ocurre, se resiente todo el sistema.