El parón de la economía ha golpeado duramente a muchas familias que con el cierre de las empresas se han quedado sin trabajo en una situación muy vulnerable.
En España, los bancos de alimentos nunca habían estado tan solicitados como ahora con la crisis del COVID-19. El parón de la economía ha golpeado duramente a muchas familias que con el cierre de las empresas se han quedado sin trabajo en una situación muy vulnerable. Con la actual crisis la demanda de ayuda ha aumentado un 30 por ciento.
"Tenemos dos niños: un niño y una niña. Por ahora estamos parados y no tenemos alimentos. Hemos agotado los recursos que teníamos ahorrados en este tiempo. Y ahora nos queda pedir ayuda para alimentar a nuestros hijos", explica una pareja que ha venido a solicitar ayuda.
Otros afrontan un expediente de regulación temporal de empleo.
"Han hecho un ERTE y el ERTE no es lo mismo que el sueldo, es menos dinero. Y tenemos que pagar un alquiler, si no, nos echan. Entonces, al pagar el alquiler no tenemos recursos para comer.", dice una mujer que también hace cola en el banco de alimentos para lograr ayuda alimentaria.
Cientos de voluntarios trabajan en la distribución de alimentos.
"Son situaciones muy lamentables. Me emociono porque finalmente dependes más de la caridad de la gente que de las instituciones. Es así", afirma este voluntario.
Ante la creciente demanda agencias gubernamentales, supermercados y también particulares solidarios donan cientos de toneladas de alimentos.