Aunque en territorios palestinos aún se respira tranquilidad ante la baja cifra de contagios, la 'Fiesta de la ruptura del ayuno' es celebrada bajo el bloqueo permanente de Israel y la vigilancia del grupo armado Hamás.
PUBLICIDADLos musulmanes en la franja de Gaza celebran el final del Ramadán entre guantes y mascarillas. Un protocolo inusual pero obligatorio en todas las mezquitas del mundo debido al coronavirus.
Aunque en territorios palestinos aún se respira tranquilidad ante la baja cifra de contagios, la 'Fiesta de la ruptura del ayuno' es celebrada bajo el bloqueo permanente de Israel.
"Quizás por el bloqueo de Gaza o por la misericordia de Dios. Pero Gaza es ahora uno de los pocos lugares seguros donde se celebran las oraciones del Eid al-Fitr", dijo el ministro palestino de Asuntos Religiosos, Nimer Abu Aon.
Durante esta festividad, la comunidad viste ropa nueva y visita a sus familiares y amigos con una delicia tradicional. Pero en los últimos días, la franja registró un aumento significativo de contagios, que pasaron de una veintena a más de 50 en menos de una semana. Este sábado una mujer de 77 años se convirtió en la primera víctima mortal en el territorio.
La mujer, llamada Fadila Abu Reida y que padecía de múltiples enfermedades crónicas, había regresado desde Egipto la semana pasada, y falleció en el centro de cuarentena montado en el cruce fronterizo de Rafah.
Desde la detección del primer caso a principios de marzo, el movimiento islamista Hamás, que controla la franja tras arrasar en las elecciones legislativas de 2006, tomó estrictas medidas de precaución para evitar la propagación del virus en Gaza, cuyas precaria infraestructura sanitaria y castigada economía la convierten en un foco particularmente vulnerable en caso de un brote masivo de la enfermedad.