Detectan que el coronavirus estaba en Barcelona un año antes de estallar la pandemia

La playa de Barcelona el pasado 21 de junio
La playa de Barcelona el pasado 21 de junio Derechos de autor Emilio Morenatti/AP2020
Por Rafael CerecedaEuronews
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Un análisis de muestras de aguas residuales de marzo de 2019 ha detectado trazas del nuevo coronavirus un año antes de que se declarara la pandemia.

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La Universidad de Barcelona (UB) ha detectado el SARS-CoV-2 en muestras de aguas residuales recogidas en esa ciudad española el 12 de marzo de 2019, lo que significa que el coronavirus ya estaba presente un año antes de que se declarara la pandemia (11 de marzo de 2020) y estallara la crisis sanitaria en España.

El resultado de la investigación probaría que la infección circulaba mucho antes de que se tuviera constancia, según un comunicado difundido por la UB este viernes y explicaría su presencia masiva en todo el mundo

Según la cronología oficial de China y la OMS los primeros casos de COVID-19 se declararon en Wuhan (China) a principios de diciembre de 2019 y posteriormente llegaron a casi todo el mundo, incluida Europa, cuyo primer caso se notificó en Francia a finales de enero de 2020.

Este estudio puede dar un vuelco a la narración oficial con la hipótesis de un contagio mundial en solo tres meses.

"Los investigadores han detectado la presencia del virus causante de la enfermedad en muestras de aguas residuales de Barcelona recogidas el 12 de marzo de 2019" dice el comunicado de la Universidad.

El trabajo, en el que han participado los investigadores del Grupo de Virus Entéricos de la UB Gemma Chavarria-Miró, Eduard Anfruns-Estrada y Susana Guix, liderados por Rosa Maria Pintó y Albert Bosch ha sido publicado en la web especializada medRxiv.

El trabajo surge de un proyecto de vigilancia del nuevo virus SARS-CoV-2 en aguas residuales financiada por el gigante francés SUEZ. El objetivo es detectar rebrotes, sin embargo uno de los primeros resultados ha sido revelar que la historia podría no ser como nos la habían contado.

El COVID-19 es una enfermedad respiratoria pero deja numeroso material genético en las heces, según explica la Universidad de Barcelona, por lo que el análisis de las aguas residuales es una herramienta de vigilancia interesante ante la dificultad de hacer pruebas a toda la población y por el alto número de casos leves, que se pueden confundir con un catarro, y sin síntoma.

Después de comprobar que el análisis de aguas residuales coincidía con la evolución de la pandemia en Barcelona, los investigadores analizaron muestras congeladas. Primero del mes de enero, que revelaron que la pandemia estaba presente antes del primer caso declarado, el 25 de febrero de 2020.

Y luego decidieron probar con muestras de 2018 y 2019. «Todas las muestras resultaron negativas para la presencia de genomas de SARS-CoV-2 a excepción de la del 12 de marzo de 2019, en la que los niveles de SARS-CoV-2 eran muy bajos pero que dieron claramente positivo por PCR y, además, empleando dos dianas distintas», explica Albert Bosch, catedrático de la Facultad de Biología de la UB y coordinador del trabajo.

«Barcelona recibe muchos visitantes por motivos turísticos o profesionales —continúa Albert Bosch— y es más que probable que una situación similar se haya dado en otros lugares del mundo», analiza. «Dado que la mayoría de casos de COVID-19 muestran una sintomatología similar a la gripe, los primeros debieron de quedar enmascarados como casos de gripe sin diagnosticar», concluye.

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