Guerra de las estatuas: el modelo de Burdeos

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A veces los nombres de las calles, las estatuas, las placas conmemorativas son retazos de una historia que avergüenza a muchos en ciudades que hasta no hace mucho las exhibían con orgullo. Aunque Burdeos, en el suroeste de Francia, es sinónimo de vino, su riqueza se construyó sobre otro comercio menos ilustre: la esclavitud. En lugar de quitar las placas que honran a magnates sin escrúpulos de la época colonial, el Ayuntamiento ha puesto otras nuevas que dan el contexto en el que erigieron sus fortunas. Mejor entender que borrar el pasado, opinan los activistas:

"La mayoría de los habitantes de Burdeos creen que es justo y bastante normal explicar y dar un contexto; no para borrar la historia, porque eso es algo que no se puede hacer, sino para dar un contexto completo sobre lo que sucedió. La idea es reconocer que esto pasó y que puede volver a pasar, así que todos tenemos que estar atentos. Y en general la gente ha sido muy comprensiva al respecto", explica Aurélie Mathis, coordinadora de la asociación Misión Igualdad. 

Además de las placas que contextualizan y revelan verdades históricas ocultas, en el centro de la ciudad los visitantes también pueden ver obras de arte realizadas en los últimos años en honor a las víctimas de la esclavitud. Mientras en otras partes del mundo se derriban estatuas en un intento de borrar el pasado, Burdeos adopta un enfoque menos visceral y más educativo.