Un agente de seguridad murió y más de 200 personas resultaron heridas en la última jornada de manifestaciones. En un intento de aplacar la ira de los libaneses, el Gobierno pedirá el adelanto de las elecciones. Desde la explosión en el puerto el pasado martes, la capital está sumida en el caos.
La explosión en Beirut ha sumergido al Líbano en una espiral de violencia. Las fuertes protestas contra la clase política del país ha dejado un agente de seguridad muerto y más 200 heridos este sábado.
Cientos de manifestantes saquearon los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía, Energía y Medio Ambiente. La sedes públicas sufrieron severos daños antes de que las fuerzas del orden llegaran y controlaran la situación. Los libaneses bautizaron la jornada del "Día del Juicio".
No llevó mucho tiempo para que la protesta se volcara a las instalaciones del Parlamento, por lo que la Policía respondió con gases lacrimógenos. Sin embargo, la ira descontrolada ha calado dentro de la cámara, provocando la dimisión de varios diputados.
Las salidas del Gobierno se producen mientras sigue el trabajo de los equipos de rescatistas libaneses e internacionales en busca de cuerpos entre las ruinas y los alrededores del puerto de Beirut.
El Ministerio de Salud libanés elevó el sábado a 158 la cifra de muertos y a 6.000 la de heridos de la explosión del puerto, mientras en este momento el número de personas desaparecidas es 21.
El primer ministro Hasan Diab, que asumió el Gobierno en diciembre tras la dimisión de Saad Hariri en medio de las protestas que explotaron en octubre contra los dirigentes y el sistema sectario, señaló que está dispuesto a "tomar la responsabilidad durante dos meses siempre que se emprendan reformas estructurales para salvar al país".