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El Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO de Bulgaria: un maravilloso destino por descubrir

Monasterio de Rila
Monasterio de Rila   -  Derechos de autor  Bulgaria Travel

La belleza natural de Bulgaria es uno de los secretos mejor guardados de Europa. Además, su estratégica ubicación entre Oriente y Occidente la ha convertido en lugar de encuentro de un gran número de civilizaciones a lo largo de los años, algo que ha dotado al país de un extraordinario conjunto de tesoros culturales. De hecho, en Bulgaria hay diez lugares que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, siete culturales y tres naturales. También cuenta con un gran patrimonio cultural inmaterial, gracias a sus innumerables tradiciones. Los viajeros que visiten Bulgaria descubrirán antiguos monasterios donde se respira una mística calma, misteriosas tumbas tracias, frondosos bosques de hayas centenarias y mucho más.

El ostentoso monasterio de Rila es un ejemplo perfecto del espíritu búlgaro. Es el monasterio más grande del país y está situado en el tranquilo valle del río Rilski, al sur de Sofía. El complejo monástico original fue fundado por el ermitaño San Juan de Rila en el siglo X, pero quedó destruido por un incendio. El monasterio actual se completó en 1862 con una extraordinaria producción artesanal y está considerado como uno de los mejores ejemplos del Renacimiento búlgaro. El monasterio de Rila está estrechamente ligado a la vida social y espiritual de Bulgaria; no solo ayudó a inculcar los valores eslavos en la zona a lo largo de los años, sino que, además, durante el periodo otomano de 1400 a 1878, este monasterio ortodoxo oriental ejerció gran influencia a la hora de dirigir el legado artístico de todas las naciones cristianas que estaban bajo el dominio otomano. El monasterio está rodeado por colinas que a menudo están cubiertas de niebla, lo que hace que la visita sea aún más evocadora.

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Caballero de Madara ©Bulgaria Travel

El Caballero de Madara es una extraordinaria representación de un hombre a caballo derrotando a un león, esculpida en las rocas de un acantilado de 100 metros de altura en los parajes verde esmeralda del noreste de Bulgaria. Está cerca del pueblo de Madara, centro espiritual del Primer Imperio Búlgaro. Este relieve en piedra de un caballero fue esculpido en la roca en el siglo VIII, en los primeros años del estado búlgaro. Las inscripciones hablan de los eventos ocurridos durante los reinados de algunos de los kanes, gobernantes de Bulgaria, como Tervel y Omurtag. El Caballero de Madara es un monumento único en Europa y se ha convertido en uno de los símbolos de Bulgaria. ¡El lugar perfecto para hacerse un selfi con historia!

Iglesia de Ivanovo ©Bulgaria Travel

Te fascinará la interacción entre el arte y el paisaje en las intrigantes iglesias rupestres de Ivanovo, maravillas declaradas Patrimonio de la Humanidad ubicadas en el tranquilo valle del río Rusenski Lom, afluente del Danubio, al noreste del país. Este recóndito grupo de cinco capillas, iglesias y monasterios fue esculpido en las formaciones rocosas a lo largo del río en el siglo XIII y, sobre todo, en el siglo XIV, época previa a la conquista de Bulgaria por parte del Imperio Otomano. Los delicados frescos de las iglesias, excepcionalmente conservados, son la máxima representación del arte medieval búlgaro, y en su expresividad se aprecia un distanciamiento de la iconografía bizantina clásica. De hecho, su preferencia por los desnudos y los paisajes conmovedores muestra una sensibilidad más helenística, un sello distintivo de la escuela pictórica medieval Tarnovo.

Tumba tracia de Kazanlak ©Bulgaria Travel

Te sentirás un poco Indiana Jones cuando visites el Valle de los Reyes, al sur de los Montes Balcanes. Aquí y en la llanura danubiana, los tracios (un pueblo antiguo mencionado por primera vez en La Ilíada de Homero) se unieron alrededor del año 1200 a. C., formando uno de los tres grupos ancestrales de los búlgaros actuales. Era un pueblo formado por guerreros intrépidos e impetuosos de ojos azules y pelo rojizo. Dos tumbas tracias han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ambas denominadas tumbas tholos o tumbas colmena. Son tumbas abovedadas cubiertas por montículos de tierra o túmulos. La tumba tracia de Kazanlak data de finales del siglo IV a. C. y está cerca de Seutópolis, desde donde reinó el rey tracio Seutes III, rival de Alejandro Magno. Caminar por los estrechos pasillos de piedra es como entrar en una máquina del tiempo que te lleva a los coloridos y realistas frescos dentro de la cámara funeraria circular real, obra culminante del arte funerario del periodo helenístico búlgaro.

Tumba tracia de Svestari ©Bulgaria Travel

La tumba tracia de Svestari, del siglo III a. C., es parte de la reserva arqueológica Sborianovo, y para acceder a ella tendrás que hacerlo adentrándote en la ladera. La mayor atracción es el grupo de diez cariátides esculpidas en la roca de las paredes de la cámara central: una de las escasas representaciones de la subtribu tracia conocida como los getas. Eran mitad humanos, mitad plantas, y conservan sus tonos azules, rojos y lilas originales. Ofrecen una imagen fascinante de un rito funerario hipnótico que permanece en el tiempo.

Antigua ciudad de Nessebar ©Bulgaria Travel

La antigua ciudad de Nessebar es una animada localidad costera situada en una península rocosa de 850 metros de largo que sobresale sobre el Mar Negro. Las ruinas de los baños termales de la era bizantina se mezclan con una gran variedad de tiendas y restaurantes, sin olvidar sus preciosas vistas al mar. Todo esto hace que Nessebar transmita una energía juvenil que la convierte en un lugar ideal para visitantes de todas las edades. Cuenta con una larga historia que comienza con un asentamiento llamado Mesembria, del que todavía existen algunas de las fortificaciones del siglo VIII a. C. Con Burgas al sur y Sunny Beach al norte, Nessebar es la parada perfecta para una visita histórica. El Museo Arqueológico, al principio de la península, es el lugar ideal para comenzar tu visita antes de dar un relajado paseo por la localidad. Muchas de las calles serpenteantes están flanqueadas por casas de madera originales del siglo XIX y edificios del Renacimiento búlgaro, muy bien conservados. Una visita a Nessebar es un colorido viaje al pasado lleno de sorpresas culturales con la brisa marina acompañándote a cada paso.

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Iglesia de Boyana ©Bulgaria Travel

Déjate deslumbrar por los coloridos frescos de la Iglesia de Boyana, en las afueras de Sofía, capital de Bulgaria. Esta iglesia ortodoxa medieval de dos plantas presenta tres secciones distintas. Su ala este data del siglo X, lo que la convierte en la más antigua, y en ella se encuentran frescos, pintados en 1259, que forman una de las colecciones de pinturas medievales más importantes del mundo. Estos murales perfectamente proporcionados muestran unas interpretaciones del canon bizantino de la cristiandad oriental ortodoxa, pero también incluyen imágenes de reyes y reinas búlgaros y de María y Jesús. Es un legado armonioso que representa a partes iguales la fe y la destreza artística que tuvo lugar poco antes del Renacimiento.

Parque Nacional de Pirin ©Bulgaria Travel

La mayor parte del Parque Nacional de los Balcanes Centrales está formada por un paisaje forestal de naturaleza virgen, cuya altitud va desde los 550 a los 2376 metros del Pico Botev, que se encuentra cerca del centro geográfico del país y es el más alto de los Montes Balcanes. Casi un tercio de este vasto parque está formado por reservas naturales que albergan una gran biodiversidad y que además cuentan con las antiguas hayas que forman los Hayedos Primarios, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La reserva natural de Srebarna, también incluida en la Lista del Patrimonio de la UNESCO, está formada por un lago de agua dulce y su biosfera a la orilla del Danubio que proporciona un hábitat fundamental para 173 especies de aves, entre los que se encuentran la garza imperial, el morito común y la única colonia de pelícanos ceñudos de Bulgaria. Desde las colinas de los alrededores se pueden observar aves migratorias. En el Parque Nacional de Pirin, al suroeste del país, encontrarás el pino de Baikushev, que con 1300 años es el árbol más antiguo de Bulgaria. Este marco incomparable de accidentado terreno, repleto de frondosos prados alpinos, cascadas y nada menos que 118 lagos glaciares, atrae el interés de montañeros de todas las edades que disfrutan maravillados de la majestuosa naturaleza búlgara.