Mientras el Gobierno lleva a cabo una violenta represión, la UE quiere obligar al presidente Lukashenko a comprometerse con un plan de mediación de tres puntos propuesto por los vecinos Letonia, Lituania y Polonia. Minsk asegura estar lista para un "diálogo constructivo"
La Unión Europea castiga la represión en Bielorrusia tras la controvertida reelección del presidente Alexander Lukashenko, denunciada como fraudulenta en las calles por la oposición.
Mientras el Gobierno lleva a cabo una violenta represión, la UE quiere obligar al presidente Lukashenko a comprometerse con un plan de mediación de tres puntos propuesto por los vecinos de Bielorrusia, Letonia, Lituania y Polonia.
Se congelarán los bienes de una lista de personas acusadas de organizar y llevar a cabo la represión y se les prohibirá la entrada en la UE.
Gitanas Nauseda, Presidente de Lituania, explicó que "la cuestión de las sanciones es complementaria a las iniciativas que proponemos. Veo una cierta secuencia. Creo que primero debemos probar todos los medios que naturalmente vienen a la mente en una situación en la que se está derramando la sangre de gente inocente", dijo el presidente de Lituania.
Polonia pide la repetición de las elecciones
Minsk asegura estar lista para un "diálogo constructivo" y ha comenzado a liberar a cientos de personas que han sido arrestadas desde el lunes. Muchos han descrito el infierno de la detención a través de la privación de alimentos, agua y sueño y de torturas.
Varsovia, por su parte, llama a la realización de nuevas elecciones. "El futuro de Bielorrusia sólo puede ser decidido por los propios bielorrusos. Nuestro papel es asegurarnos de que puedan ejercer este derecho. Por eso hoy pedimos a las autoridades de Bielorrusia que consideren la posibilidad de celebrar nuevas elecciones libres", dijo el primer ministro Mateusz Morawiecki.
Mientras tanto, la semana en Bielorrusia terminó con nuevos cierres de fábricas. Este fin de semana se prevén más manifestaciones para denunciar la brutalidad policial y el fraude electoral convocadas, entre otros, por la líder de la oposición Svetlana Tikhanovskaya, que huyó a Lituania a principios de esta semana.
En su primera alocución pública el martes acusó al gobierno de "masacre" y volvió a reclamar la victoria en las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto.