Tras una semana de protestas y disturbios, otras 1.000 personas se congregaban este sábado en la ciudad del estado de Wisconsin para exigir que frenen los abusos raciales.
PUBLICIDADKenosha se ha convertido en la última ciudad estadounidense en ser sacudida por los disturbios raciales. Los manifestantes piden justicia para el afroamericano Jacob Blake, disparado siete veces por la espalda por un agente de policía.
Tras una semana de protestas y disturbios, otras 1.000 personas se congregaban este sábado en la ciudad del estado de Wisconsin para exigir que frenen los abusos racistas. Expresaban su rabia contra el Departamento de Policía de Kenosha y el rechazo a la versión que la institución ofreció el viernes.
Durante la marcha, el padre de Jacob Blake pidió a los manifestantes que se abstuviesen de saqueos y vandalismo para mantener una protesta pacífica. Hasta Kenosha se han desplazado efectivos de la Guardia Nacional con el fin de evitar más episodios de violencia.
En medio de estas protestas y sin concretar más detalles, el presidente estadounidense Donald Trump ha asegurado que visitará la ciudad el martes para evaluar los daños provocados por los disturbios. Además, se reunirá con miembros de la fuerzas de seguridad.
Después de casi una semana de silencio, el viernes por la noche Trump abordó por primera vez la agresión contra Blake, que fue grabada en vídeo y se difundió rápidamente por redes sociales.
“No me gustó cómo se veía. No me gustó verlo, ciertamente, y creo que la mayoría de la gente estaría de acuerdo con eso", se limitó a decir el mandatario en declaraciones a la prensa el viernes después de un evento de campaña.