Hasta ahora, de los cerca de 13.000 inquilinos del desaparecido campamento de Moria han sido reubicados 9.000.
El campo de Moria, la "vergüenza de Europa", para muchos, ya no existe, pero el problema sigue ahí. De sus cerca de 13.000 inquilinos, 9.000 han sido realojados en el campamento temporal de Kara Tepe.
Autoridades y residentes esperan que el nuevo pacto migratorio europeo ayude a Lesbos a volver a la normalidad.
"Pedimos a nuestras islas que no sean el parachoques de Europa, un 'almacén de almas'. Los inmigrantes no pueden quedarse aquí, Europa debería compartir la carga. Estas personas deberían poder moverse libremente. Eso es lo que queremos. Me refiero a los que logran llegar, porque ahora las fronteras están mejor resguardadas. Estas personas quieren irse de las islas al continente y de allí al resto de Europa. No queremos que nuestras islas se conviertan en un 'depósito de almas'", afirma Konstantinos Moutzouris, gobernador de la región del Egeo Norte.
El campamento de Kara Tepe, en Lesbos, todavía está en construcción. Muchos temen que se convierta en Moria 2.
"Moria fue el resultado de cinco años de negligencia, de una política de contención, de no tratar a las personas que llegan a Europa para pedir asilo como seres humanos. Así que hoy tenemos que cambiar el Reglamento de Dublín. La gente que llega a Grecia debería poder ir, deberían ofrecérsele otros lugares en el resto de Europa. Debe haber solidaridad entre los miembros de la Unión Europea", dice Stephen Oberreit, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras en Grecia.
Los habitantes de Moria, muy solos en esta crisis, están pendientes de Bruselas y de su nuevo plan migratorio y de asilo, que será presentado este miércoles por la Comisión Europea.
"La solidaridad no se muestra solo con dinero. Se puede evidenciar con acciones, al aceptar refugiados y tener una parte justa de estas personas", señala Ioannis Mastrogiannis, presidente del Consejo Comunitario de Moria.
El año 2015 marca un antes y un después en Lesbos. Ese año, más de 450.000 inmigrantes llegaron a sus costas. Hoy, el objetivo de los migrantes sigue siendo el mismo: llegar al continente.
"Esta isla no es fácil para nosotros. No podemos quedarnos aquí. Esta isla no es para seres humanos. Así que no es fácil para nosotros quedarnos. Es una gran jungla", explica un inmigrante en Lesbos.
Otros ni siquiera pueden quejarse. Murieron en el intento de llegar a Europa.