Rupert Stadler junto a otro directivo y dos ingenieros deberá responder a las acusaciones de "fraude", "emisión de certificados falsos" y "publicidad engañosa".
Arranca el juicio al expresidente de Audi por el escándalo del diésel.
Cinco años después de que estallara el escándalo de los motores diésel manipulados, Rupert Stadler, se ha convertido este miércolesen el primer directivo de la industria automotriz alemana en sentarse en el banquillo.
Deberá responder a las acusaciones de "fraude", "emisión de certificados falsos" y "publicidad engañosa".
Junto a otro directivo y dos ingenieros se enfrentan a condenas de hasta 10 años de cárcel, en un un juicio que ha despertado un gran interés mediático en Alemania y que posiblemente se prolongue hasta finales del año que viene.
Volkswagen, la casa matriz, admitió que había manipulado 11 millones de vehículos con un programa que permitía falsear las emisiones contaminantes de los automóviles en los ensayos de laboratorio.
La investigación alemana se centró rápidamente en Audi, encargada, dentro del grupo Volkswagen, de desarrollo de motores.
La fiscalía acusa a Stadler de haberse enterado de las manipulaciones hacia finales de septiembre de 2015 y de no haber impedido la venta de centenares de miles de vehículos dotados de un software fraudulento.
Stadler fue durante 11 años presidente de Audi. En 2018, estuvo cuatro meses en detención provisional por ser sospechoso de intentar influir en testigos.
Además de Rupert Stadler , Martin Winterkorn, ex director ejecutivo de Volkswagen también comparecerá ante el tribunal.
Por su parte, la firma Volkswagen dejó atrás el escándalo, pagando más de 35.000 millones de dólares. El grueso de esta suma fue a parar a Estados Unidos.