"Ser o no ser franceses", el dilema de Nueva Caledonia
¿Ser un país independiente con una única bandera o seguir perteneciendo a Francia y por ende a la Unión Europea? Nueva Caledonia, en el Océano Pacífico, lo decide este domingo en referéndum, el segundo de este tipo en tres años. Jolly Patrick, estudiante de economía, tiene claro qué votará:
"Desde el punto de vista moral... por toda la sangre derramada, por toda la historia, el objetivo final es la independencia. Ha muerto gente, ha habido conflictos. Así que se puede decir que la independencia es la respuesta a la sangre que se ha derramado", sentencia mientras enarbola una bandera canaca.
En las islas también habitan mestizos y descendientes de los colonos franceses que se establecieron hace más de un siglo y medio. La mayoría prefiere mantener los lazos con la metrópoli. Es el caso de Carl Leclerc, empresario:
"Si miras la vida que llevamos y todas las ventajas que tenemos sería totalmente estúpido cambiar de rumbo. Sobre todo porque no hay respuestas por parte de quienes están a favor de la independencia sobre qué nos deparará el futuro. Dicen 'ya veremos', pero tuvieron 30 años para discutir el proyecto y por el momento no tenemos nada", sentencia.
Firmado en 1998, el Acuerdo de Numea prevé transferir distintas competencias a Nueva Caledonia y la celebración de hasta tres consultas sobre la independencia. Todo apunta a que se impondrá el "No", pero hay espacio para la sorpresa. Una nueva consulta podría celebrarse en 2022.