Este 2020 podría destronar al 2016 como el año más sofocante. Las altas temperaturas acercan al planeta al techo de 1,5 grados, el límite que se marca el Acuerdo sobre el clima de París.
PUBLICIDADPocas imágenes ilustran el impacto del calentamiento global de manera más clara que el derretimiento de los casquetes polares. Y el último informe de Copernicus, el programa europeo de Observación de la Tierra, confirma una tendencia sombría. La cubierta de hielo del Ártico, en el mes de septiembre, se encontraba en su segundo nivel más bajo registrado hasta ahora después del de 2012, tanto en lo que se refiere a la extensión media diaria como a la mensual.
Carlo Buontempo, Director del Servicio de Cambio Climático de Copérnico en el ECMWF, explica: "En 2020, hubo una disminución inusualmente rápida de la extensión del hielo marino del Ártico durante junio y julio, en la misma región donde se registraron temperaturas superiores a la media, lo que condicionó el mínimo de hielo marino a que fuera particularmente bajo este año. La combinación de temperaturas récord y bajo hielo marino del Ártico en 2020 pone de relieve la importancia de una vigilancia mejor y más exhaustiva en una región que se calienta más rápidamente que en cualquier otra parte del mundo".
Y las cifras globales para 2020 son aún más alarmantes. Algunas zonas del mundo han visto cómo aumentaba el calor se prologaban los períodos de sequía que han dado paso a incendios forestales sin precedentes, principalmente en Siberia y la costa oeste de Estados Unidos.
Como consecuencia del cambio climático, las temperaturas de septiembre 2020 fueron 0,5º C superiores a las de 2019, el septiembre más cálido registrado hasta ahora en todo el planeta y 0,6º C superiores a las de septiembre de 2016, el segundo más cálido.
Los valores medios del mes alcanzaron un récord en también en Europa, especialmente en Francia. Globalmente 2020 va camino de convertirse en el año más cálido desde que existen registros, según advierte la agencia europea. Las temperaturas medias entre enero y septiembre son muy similares a las de 2016, el año más caluroso registrado hasta ahora.
Los patrones climáticos como La Niña, actualmente activo en el Pacífico ecuatorial oriental decidirán si 2020 se convierte finalmente en el año más caluroso de la historia meteorológica.