Francia vuelve a abrir la estación de esquí de Tignes con un nuevo protocolo COVID-19, cuando el país supera el record de 30.000 nuevos infectados en un día. Las pistas de esquí tratan de gestionar las pérdidas económicas y los riesgos sanitarios en plena pandemia.
La estación de esquí Tignes, en los Alpes de Savoya, vueve a abrir sus pistas a pesar del alarmante incremento de casos de COVID-19 en Francia, donde se ha superado el record de 30.000 nuevos infectados en un día. Aún introduciendo medidas de prevención para evitar contagios, se abren interrogantes sobre el número de turistas que vendrá en plena pandemia.
"Es muy preocupante, pero no más que en Londres, Ámsterdam o en cualquier lugar. Eso sí, recomendamos hacer un test antes de marcharse para asegurarse de que no ha habido brotes mientras estaban aquí ", explica Stephie Dijkman, directora de márketing de la estación.
Guantes, gorro y mascarilla... de uso obligatorio en los remontes, pero no en la bajada. Y es que Tignes quiere evitar a toda costa convertirse en el próximo Ischgl, la estación de esquí austríaca donde se produjo un brote el pasado mes de marzo y donde se contagiaron miles de turistas procedentes de 45 países. La estación conocida como la "Ibiza de los Alpes" afronta varias demandas por supuesta negligencia en la gestión de aquel brote en el que se contagiaron 6.000 personas, y al menos 32 perdieron la vida.
Aquí las nuevas restricciones imponen grupos reducidos y distancia social.
"Los bares y las fiestas se acabaron, eso está claro. Pero mientras la gente pueda disfrutar del esquí, la nieve y un día espléndido, lo demás es simple cuestión de civismo, seis personas como máximo en cada mesa, y tener mucho cuidado también por la noche", explica Jean-Michel Bouvier, director del restaurante Panoramic.
Pero a medida que los esquiadores se deslizan por las pistas, los casos de coronavirus aumentan. La región registra nuevos picos de contagios y casos positivas.
"La estación de esquí de Tignes perdió 70 millones de euros este año cuando tuvo que cerrar a principios de marzo. Casi la mitad de los turistas provenían del extranjero la pasada temporada. Las restricciones de viajes y el periodo de cuarentena podrían disuadir a muchos viajeros esta vez".
Cada año, unos 10 millones de turistas visitan las pistas de esquí francesas. Un sector que da trabajo a más de 120.000 personas .
Aunque se predicen reservas a la baja y una caída de ingresos de más de un tercio, la asociación France Montagnes ha preparado un protocolo Covid, con políticas de reserva que ofrecen cancelaciones flexibles y reembolsos completos cuando los viajes se cancelan debido al coronavirus.