Uruguay mantendrá las fronteras cerradas durante el verano austral. El Gobierno quiere evitar la importación de casos de COVID-19 desde los países vecinos. La decisión se basa "en lo que hemos visto en otros países", dijo el presidente Lacalle Pou
PUBLICIDADUruguay se cura en salud. El país suramericano ha decidido mantener cerradas sus fronteras durante el verano austral a todos los extranjeros para evitar los casos importados de COVID-19. Solo habrá un puñado de excepciones, como explicó el presidente Luis Lacalle Pou.
"El verano va a ser un verano restringido y de fronteras cerradas en nuestro país -afirmó-. Las fronteras van a estar básicamente cerradas salvo excepciones que ya se conocen y quizá alguna más".
_"La decisión del Gobierno es en base a lo que ha pasado en el mundo cuando se han abierto fronteras__, lo que ha pasado en el mundo en el relajamiento del turismo, países tales como Islandia que tenían pocos casos se dispararon y así se repite en muchos países". _
Las entradas permitidas serán las de uruguayos o residentes, además de las excepciones por motivos empresariales, diplomáticos o personales, como la reagrupación familiar.
El mandatario también amenazó sin ambages a los que no cumplan la cuarentena: "Serán llevados ante la justicia", aseguró.
Uruguay ha gestionado mucho mejor que sus vecinos la pandemia de coronavirus, aunque ahora está experimentando un aumento de casos, con un promedio de 45 diarios en la última semana.
Al Gobierno le preocupa, en particular, la frontera con Brasil y, sobre todo, la ciudad de Rivera, a caballo entre los dos países. Allí se han suspendido durante dos semanas las clases presenciales y se extreman los controles para tratar de evitar que sea una vía abierta de entrada para el virus.