Difícil agitar la bandera del civismo en medio de la confusión y el caos que se han vivido varias noches consecutivas en distintas ciudades españolas en las que se convocaron protestas contra el toque de queda. Pablo, un joven logroñés de 16 años, se ha convertido sin pretenderlo en un ejemplo...
Difícil agitar la bandera del civismo en medio de la confusión y el caos que se han vivido varias noches consecutivas en distintas ciudades españolas en las que se convocaron protestas contra el toque de queda.
Pablo, un joven logroñés de 16 años, se ha convertido sin pretenderlo en un ejemplo para la ciudadanía al convocar y dirigir una iniciativa para limpiar y reponer lo que otros rompieron y ensuciaron:
"Me pareció superfeo, ya que mi madre es barrendera y sé lo que es deslomarse para podernos dar un plato de comida... y no me pareció ni medio normal (los destrozos). Aquí tendrían que venir más refuerzos a limpiar lo que causaron ayer algunas personas. Hablándolo con mi grupo de amigos, decidimos publicarlo en Instagram, en mis historias, que íbamos a venir a las 9:30, que quien pudiera que trajera bolsas, guantes, etc... para solucionar todo. Estamos hartos de pagar todos los adolescentes por un grupo nada más", explicaba.
Difundido por las redes sociales, su gesto dio la vuelta a España y se ganó el aplauso del Gobierno y la oposición, y el respeto y admiración de muchos de sus vecinos. "Solo queríamos hacer algo por la ciudad", contaba un poco sobrepasado por la repercusión de su iniciativa.