Con una recesión prevista del 12% del PIB, Perú se mueve para recuperar la actividad y volver a recibir pronto turistas extranjeros, a quienes ya abrió sus fronteras en octubre bajo algunas restricciones
Casi ocho meses ha habido que esperar para recuperar la actividad en el monumento más emblemático del Antiguo Perú.
Tras la debacle económica en un país que vive en gran medida del turismo, el Machu Picchu reabrió este domingo como destino seguro. El primer autobús de turistas llegó temprano a la ciudadela patrimonio de la humanidad de la UNESCO.
Para la Ministra de Turismo de Perú, Rocío Barrios, se ha demostrado la resiliencia y la capacidad de los peruanos para cumplir los protocolos y garantizar la seguridad de los visitantes.
De momento prima la prudencia y solo se completa un 30% del aforo. "Esto va a ser un retorno progresivo, es decir va a ser poco a poco, primero los locales, luego los nacionales y a un futuro ya el receptivo", explica Barrios.
Un especáculo de luces inédito y la personificación de uno de los incas que habitaron la majestuosa ciudadela acompañaron la ofrenda a la pachamama, la madre naturaleza, que dio inicio a la reapertura.
Esperanza para un sector turístico devastado
Con ella esperan reactivar un sector devastado por la pandemia que ha abocado al cierre a numerosos negocios a lo largo de la ruta entre Cuzco y el Valle Sagrado.
"Era todo silencio, un silencio que parecía incluso que las calles lloraban de pena. No había nada, y era increíble de imaginar porque hace un año, no había un solo día sin multitudes, recuerda Ruth Rodríguez, directora de la agencia de viajes Ruthbela.
Con una recesión prevista del 12% del PIB, Perú ha dejado atrás la primera ola de coronavirus que la situó como epicentro de la pandemia y se mueve para recuperar la actividad y volver a recibir pronto turistas extranjeros, a quienes ya abrió sus fronteras en octubre bajo algunas restricciones.