Tratan de recuperar la normalidad. Tras el cese de las hostilidades en Nagorno Karabaj, ciudadanos de Armenia y de Azerbaiyán buscan la manera de retomar sus actividades cotidianas. Muchos armenios vivieron durante décadas en zonas que, ahora, pasan a ser controladas por el Gobierno azerbaiyano.
PUBLICIDADTratan de recuperar la normalidad. Tras el cese de las hostilidades en Nagorno Karabaj, ciudadanos de Armenia y de Azerbaiyán buscan la manera de retomar sus actividades cotidianas. Muchos armenios vivieron durante décadas en zonas que, ahora, pasan a ser controladas por el Gobierno azerbaiyano. Algunos han quemado sus casas y han desmantelado sus propiedades. Se han llevado consigo cualquier cosa de valor.
"Hemos estado viviendo aquí durante un cuarto de siglo. Construimos una casa. Ahora, para nosotros, resulta muy difícil abandonar esta zona. Es complicado dejar este pueblo, en el que mis hijos crecieron y fueron a la escuela", declara Grigory Grigoryan, antiguo habitante de la localidad de Dadivank.
En otros lugares, los azerbaiyanos vuelven a sitios de los que salieron en uno de los momentos álgidos del conflictó en los años 90. La destrucción en Agdam, que se se traduce como 'hogar blanco', es de tal magnitud que algunos la llaman "Hiroshima del Cáucaso".
"¡Mira! En aquella zona estaba la escuela secundaria número 1. Yo estudié allí durante unos 10 años. Había una oficina dedicada a trámites burocráticos y servicios públicos. Cerca estaba la calle Musevi. Pero ya no hay nada reconocible aquí. Lo que ves es lo que hay. Es imposible tratar de situar dónde estaba todo en el pasado. Nadie puede encontrar su antigua calle", afirma Khayal Agayev, refugiado de Agdam.
Todavía sigue en pie un emblema de la comunidad azerbaiyana: los minaretes de la mezquita de Agdam. Los azerbaiyanos aseguran que parte del templo fue destruido durante el período de control del Gobierno armenio y que se usó como granero. Tras adecentarlo, se ha escuchado la primera llamada a la oración en 28 años.
Después de pasar a manos de Azerbaiyán, Bakú ha iniciado la tarea de desminado de la zona. El trabajo de reconstrucción se prolongará durante varios años. Entretanto, más de 100 000 personas que tuvieron que salir de Agdam, hace décadas, están ansiosas por volver a la localidad.
"El Gobierno de Azerbaiyán se ha comprometido a invertir, inicialmente, 6 000 millones de dólares, en la reconstrucción de Karabaj y sus alrededores", concluye Emin Ibrahimov, enviado especial de Euronews a Agdam.