El bloqueo de los fondos europeos ha generado una nueva crisis en la Unión.
Polonia y Hungría mantienen su desafío a la UE con el veto a los presupuestos comunitarios.
En Budapest, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y su homólogo húngaro, Viktor Orbán, mantienen el pulso con Bruselas aunque proponen posibles vías de salida.
Plantean una doble vía de negociación: la primera, sería pactar una condicionalidad claramente vinculada al control financiero, y la segunda, consistiría en incluir el mecanismo de vigilancia del Estado de derecho en los tratados.
Morawiecki insiste en que el mecanismo de vincular el cumplimiento del Estado de derecho con los fondos europeos podría conducir a la desintegración de la UE.
"Ese mecanismo conduce a la desintegración y a la ruptura de la UE. Queremos evitarlo, por lo que debemos rechazar esa lógica", dijo.
Este bloqueo ha generado una nueva crisis en la Unión.
"No es posible vincular el debate sobre el estado de derecho con la urgente cuestión económica de la gestión de la pandemis. Es irresponsable, porque ahora se necesita tomar decisiones económicas urgente ligadas a esta crisis", declaró Orbán.
La UE reclama a Hungría y Polonia que levanten el veto que paraliza la aprobación del fondo de recuperación por la pandemia que tanto necesita la economía europea.