De nuevo, este domingo, hubo más de 300 manifestantes detenidos en Minsk y otras ciudades.
La oposición bielorrusa sigue su lucha en la calle, contra viento y marea. De nuevo, este domingo, hubo más de 300 manifestantes detenidos en Minsk y otras ciudades. Cuatro meses después de las elecciones, en las que el presidente Alexandr Lukashenko ganó con más del 80% de los votos, siguen exigiendo su renuncia, denunciando fraude, y pidiendo nuevos comicios.
Al igual que el domingo anterior, los opositores optaron por pequeñas marchas en lugar de una gran concentración, aunque tampoco esta vez evitaron la represión policial.
Lukashenko, cuyo sexto mandato presidencial consecutivo va hasta 2025, insiste en que no piensa marcharse. Aunque sí ha dicho que no estará al frente del país una vez se hayan adoptado las reformas constitucionales que ha propuesto para intentar calmar los ánimos. Hasta ahora, salvo asegurar que el presidente cederá parte de sus poderes al Legislativo, no se ha hecho público ningún cambio concreto.