Existe una total confusión en cuanto a los autores del rapto, las autoridades regionales afirman que se tratan de bandidos y que el grupo Boko Haran intercedió en su liberación al servir de intermediario con los bandidos, pero este mismo grupo yihadista había reivindicado el secuestro
Liberados 344 estudiantes secuestrados el pasado 11 de diciembre tras un ataque a su escuela en Nigeria.
El grupo yihadista Boko Haram se había atribuido la autoría del secuestro explicando que era una acción contra la educación occidental. E incluso publicó un vídeo donde los niños confirmaban haber sido secuestrados por esta banda terrorista.
Pero las declaraciones Aminu Masari, gobernador de la provincia de Katsina, donde se encuentra la escuela que fue atacada, generan confusión en cuanto a la identidad de los secuestradores.
Aminu Masari ha afirmado que los líderes de Boko Jaram han jugado un papel importante en la liberación de los niños, al servir de intermediarios entre las autoridades y el grupo de bandidos que secuestraron a los estudiantes.
Masari añadió que los niños se encontraban en un bosque en el vecino estado de Zamfara donde el Ejército nigeriano les había localizado, pero que no quisieron disparar para no poner en peligros sus vidas.
Sin embargo, no está claro si todos los escolares secuestrados han sido liberados. Los que sí lo han sido, se reunirán con sus familias tras un chequeo médico.
Una región en conflicto desde 2011
El noroeste de Nigeria padece un conflicto en el que están involucrados una miríada de milicias de pastores nómadas, grupos armados, criminales y yihadistas, en cuyos ataques han perecido más de 8.000 personas desde 2011, según datos del International Crisis Group (ICG), mientras que más de 200.000 han sido desplazadas, casi un tercio de ellas al vecino Níger.
Por su parte, Amnistía Internacional ha documentado, desde enero de 2020, una escalada alarmante de ataques y secuestros en varios estados del noroeste y centro-norte de Nigeria, entre ellos, Kaduna, Katsina, Níger, Plateau, Sokoto, Taraba y Zamfara, con al menos 1.126 personas asesinadas por grupos armados, según un informe de finales de agosto.