Colgados por amor al arte | Restauradores de la torre inclinada de Pisa

Colgados por amor al arte | Restauradores de la torre inclinada de Pisa
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Por Luca Palamara
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No es el trabajo más seguro del mundo, pero alguien tiene que hacerlo. La torre inclinada de Pisa necesita que sus elementos externos sean supervisados periódicamente y la forma más fácil de hacerlo es hacerlo en suspensión y fuertemente sujetos a una cuerda. Son restauradores alpinistas y...

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No es el trabajo más seguro del mundo, pero alguien tiene que hacerlo. La torre inclinada de Pisa necesita que sus elementos externos sean supervisados periódicamente y la forma más fácil de hacerlo es hacerlo en suspensión y fuertemente sujetos a una cuerda. Son restauradores alpinistas y deben comprobar el estado de los pilares y los elementos ornamentales sino también su estabilidad y el riesgo de caída.

"Aprovechamos este período de confinamiento para hacer un curso de formación y de actualización. De actualización para los dos restauradores que ya estaban haciendo esta actividad y de formación para algunos jóvenes restauradores", explica Roberto Cela, Director Técnico de la Opera Primaziale Pisana, el ente que se encarga del mantenimiento de la Torre de Pisa.

Si piensa en convertirse en restaurador en Italia porque disfruta de la comodidad del trabajo minucioso en una pintura o un mosaico, piénselo bien. Puede terminar trabajando en la torre inclinada de Pisa y eso significa colgarse y descolgarse como verdaderos acróbatas. Hay que amar tanto el trabajo como lo hacen este grupo de ocho restauradores altamente cualificados. No necesitan andamios para trabajar, aunque sí altas dosis de coraje y compromiso:

"El momento con más adrenalina es al bajar y quedarte colgada en el aire: las emociones se disparan. Además, puedes mirar los monumentos desde un ángulo completamente diferente y esta es una experiencia realmente emocionante", confiesa Chiara Di Marco, restauradora.

"Puedes revisar una porción limitada del monumento, pero si alguien más trabaja a tu lado, entonces cuatro ojos ven mejor que dos. Además, por seguridad, alguien está listo para intervenir en caso de que necesites ayuda", añade su colega Mirco Bassi.

La pandemia ha despejado de turistas la Plaza de los Milagros de la ciudad de Pisa, facilitando la labor de estos equipos de restauradores tan especiales y tan necesarios para la conservación de la Torre inclinada más famosa del mundo.

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