Más de 250 médicos han muerto en Perú por coronavirus. Los sanitarios que sobreviven en la línea de fuego denuncian la falta de equipo de protección personal y las precarias condiciones laborales a las que están sometidos en los hospitales.
PUBLICIDADLa crisis de la COVID-19 ha llevado a los hospitales de Perú cerca del colpaso y a los sanitarios a las calles. Más de 260 médicos han muerto a causa del virus en el país. Los que aún sobreviven en la línea de fuego denuncian la falta de material de protección personal y el abandono del sistema sanitario por parte del Gobierno.
Una de los participantes a la protesta fue Yesenia Ramos, médico de un hospital público en Iquitos, localidad ubicada en el departamento de Loreto, en la Amazonía peruana. Ramos insistió que la situación en las comunidades rurales es inclusive peor que en la capital, puesto que sus colegas y ella trabajan con los equipos mínimos.
"Veintitrés de mis médicos han muerto; el 80% de ellos eran especialistas, dos graduados de la escuela de Medicina; jóvenes, adultos. Mi hospital es una isla, sólo se puede llegar en avión y por río, de 5 a 7 días. Si necesito oxígeno, no van a llegar a tiempo y vamos a tener la misma desgracia que tuvimos en mayo [primera ola] y eso no es justo: tenemos derecho a la vida y tenemos derecho a atender bien a nuestros pacientes como debe ser", sentenció Ramos.
Solo en el mes de enero, 10 médicos fallecieron por COVID-19 en la capital. Aseguran que perciben pobres salarios y no cuentan con la protección laboral necesaria en caso de bajas forzadas por la COVID-19. El gremio lleva días en huelga nacional.
En el Colegio de Médicos en Lima, decenas de fotografias en blanco y negro le ponen rostro a la pandemia.Son los médicos que ya no están, víctimas mortales del virus.
Perú se adentra en una segunda ola más letal, según las autoridades. El país registra más de un millón de casos y casi 40.300 decesos confirmados por COVID en total. Debido al empeoramiento de la situación, el Gobierno decretó cuarentena total en diez regiones incluida Lima.
Durante varios meses mantuvo la tasa de mortalidad más alta del mundo por coronavirus hasta que fue adelantado por otros países europeos a los que la segunda ola llegó antes.