Las cocinas "fantasma" como alternativa a los restaurantes en la pandemia

Una cocina "fantasma" dedicada únicamente a la comida para llevar
Una cocina "fantasma" dedicada únicamente a la comida para llevar Derechos de autor Euronews
Por Jaime Velázquez
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Proliferan espacios de cocina, compartidos como si fuese un "coworking", para elaborar comida únicamente para llevar

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Juan Diego Gaitán hace hamburguesas y postres en su cocina. Como en un restaurante, solo que no tiene comedor, camareros ni tan siquiera un local a pie de calle. Alquila una “cocina fantasma”, espacios de trabajo en una nave compartida dedicada al negocio de la comida a domicilio, que está en auge por las restricciones del COVID19.

Empezó su aventura junto a sus socios tras perder el trabajo por la pandemia. Las llamadas cocinas fantasma le han permitido comenzar el negocio de manera rápida, con una baja inversión y menores riesgos.

"Si tuvieramos un restaurante convencional, los costes fijos serían mucho mayores. Y con las restricciones, los costes fijo se habrían mantenido... Seguiramos pagando alquiler y nóminas. Esto nos da muchisima flexibilidad; desde una marca de hamburguesas a una postres, sin ningún coste extra", nos explica el cofundador de Food Craft y AnaLú

La pandemia ha adelantado cinco años las proyecciones de crecimiento de la comida a domicilio. Los españoles hacen ahora el doble de pedidos que antes del confinamiento, y los negocios que venden exclusivamente online han aumentado un 23%.

Hasta una decena de cocinas compartidas como esta están repartidas por Madrid. Su expansión está creando fricciones con los vecinos, que se quejan de los olores y el continuo tráfico de riders, y con los restaurantes tradiconales que reclaman un mayor control del sector.

Una nave que visitamos en el centro de Madrid acogerá 18 cocinas para alquilar a restaurantes que desean entrar en el negocio del reparto a domicilio.

Su propietario, Jaime Martínez, confundador de Cuyna, entiende la preocupación de algunos vecinos sobre este nuevo y disruptivo modelo de negocio, pero insiste en que las cocinas compartidas, reunen todas las garantías: "Los requisitos sanitarios de higiene y urbanísticos son iguales e incluso mayores para un negocio de estas características".

Martínez de Velasco cree que las cocinas fantasma han llegado para quedarse, y se fusionarán con el restaurante tradicional en futuro, de la misma forma que las marcas de ropa combinan tiendas físicas con gran visibilidad con potentes plataformas de venta online.

"Los restauradores tendrán cada vez más locales en calles principales con mucho tráfico y después cocinas que les permitan ser muy ágiles, muy rápidos y muy buenos en el reparto a domicilio, como es el caso de Cuyna", explica.

La pandemia ha consolidado el negocio de la comida a domicilio, y seguirá creciendo al ritmo de un 20% anual hasta 2022. Incluso una vez desaparecidas las restricciones por el COVID, los españolas segurián dandose el capricho de comer fuera, sin moverse de casa.

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