Las fuerzas de seguridad irrumpen en la sede del partido de Aung San Suu Kyi en la ciudad de Yangón.
Los opositores al golpe de Estado participan en motos en una nueva manifestación en la ciudad birmana de Mandalay. El día anterior, las fuerzas de seguridad habían utilizado cañones de agua para dispersar las protestas.
En todo el pais se repiten concentraciones en las que se demanda la vuelta del gobierno salido de las urnas y la libertad para la líder depuesta, Aung San Suu Kyi, y otros miembros de su partido actualmente detenidos.
En el pasado castrense del país, este desafío a las autoridades se ha saldado con víctimas mortales, por eso Moe Myat Theingi, una estudiante de 22 años, subraya que "esta es la primera protesta a la que se enfrenta nuestra generación; nos inspiramos en los jóvenes de otros países. Somos jóvenes e indomables, pero no queremos que nadie esté en peligro. Así que nuestra generación Z es lista y vamos a protestar de forma inteligente".
Los militares birmanos asaltaron a última hora del martes la sede en Yangón del partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia, según informaron las autoridades. Mientras, Estados Unidos se unía a la ONU para condenar "enérgicamente" la violencia contra los manifestantes que exigen la vuelta de la democracia.