Para bien o para mal, El Salvador se pone en manos de Nayib Bukele

Imágenes de una calle céntrica de San Salvador
Imágenes de una calle céntrica de San Salvador Derechos de autor APTV
Por Isidro Murga con AFP, AP, EFE
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Satisfacción en las calles, preocupación en algunos despachos. La arrolladora victoria de Nuevas Ideas (NI), el partido del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en las elecciones legislativas del pasado domingo da manos libres al mandatorio para acometer su programa de Gobierno...

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Satisfacción en las calles, preocupación en algunos despachos. La arrolladora victoria de Nuevas Ideas (NI), el partido del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en las elecciones legislativas del pasado domingo da manos libres al mandatorio para acometer su programa de Gobierno. A falta del escrutinio definitivo, Nuevas Ideas ha obtenido alrededor del 60% de los votos y dominará con claridad el parlamento.

"Es lo que pedía el presidente Bukele. Tener mayoría para tener un país con mayor gobernabilidad", reaccionaba un ciudadano en San Salvador.

Desde que accedió al poder, a mediados de 2019, Bukele ha estado en guerra permanente con el parlamento, que intentó zancadillear todas y cada una de sus iniciativas. El FMLN y ARENA, las formaciones que han dominado la escena política desde el final de guerra civil, han sufrido una debacle histórica:

"Como se ha ido dando la política a través de años, que únicamente hemos visto robos y amaños, la verdad es que la única expectativa que tenemos es que todo cambie, que todo vaya para mejor", afirmaba un vecino de la capital.

"Siempre va a haber una oposición, pero oposición sana. No oposición diabólica como ha habido hasta ahora. Ha habido una oposición diabólica, exageradamente. Entonces eso ya se terminó", sentenciaba otro ciudadano.

Bukele ha sabido capitalizar el hastío de la población con los partidos tradicionales, a los que ha fustigado constantemente durante un año y medio. Además, bajo su mandato se han reducido notablemente los índices de violencia, pero ha sido su gestión de la pandemia, en la que se ha volcado en ayudar a la población a base de préstamos:

"Acuérdese de que nos ayudó con los 300 dólares y nos ha estado ayudando con alimentos también", recordaba otro ciudadano.

Sin embargo, no todo son flores para la gestión del mandatario. Las denuncias de nepotismo, de opacidad en el gasto y las sobradas muestras de autoritarismo que han salpicado su gestión preocupan a oenegés y organismos internacionales.

"Ha utilizado las redes sociales, ha utilizado el chantaje, ha utilizado una serie de acusaciones hacia sus adversarios...", resume Miguel Montenegro, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador.

Montenegro no olvida que Bukele llegó a entrar con militares armados en el Parlamento para presionar a los legisladores y desobedeció a las más altas instancias judiciales del país.

"Teniendo la mayoría en la Asamblea se corre el riesgo de que tenga un procurador de Derechos Humanos afín a él, un fiscal afín a él, una corte de cuentas afín a él, una corte suprema afín a él", concluye Montenegro.

Nunca un presidente salvadoreño había tenido tanto poder como Bukele tras estos comicios. Aunque está salpicado de sombras, su mandato puede transformar radicalmente para bien o para mal el destino de un país al que, por lo pronto, ha devuelto el orgullo.

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