Es un fallo, que algunos analistas han calificado como una bomba política, y supone que muy probablemente, Lula desafiará al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en las elecciones presidenciales de 2022
La absolución del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva por un juez del Tribunal Supremo este lunes ha revolucionado la política del país.
Sus dos condenas derivadas de una investigación sobre una trama de corrupción masiva centrada en la petrolera estatal brasileña Petrobras han sido anuladas restableciendo sus derechos políticos.
Es un fallo, que algunos analistas han calificado como una bomba política, y supone que muy probablemente, Lula desafiará al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en las elecciones presidenciales de 2022.
Es una noticia que ha resonado en toda la región con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, proclamando que "Se ha hecho justicia" rehabilitando a Lula "en sus derechos políticos".
Entre los brasileños ha habido opiniones encontradas. "Es una buena noticia que llega en el momento adecuado porque la situación política del país es muy grave, dramática", dice una mujer.
"Si volviera a gobernar, lo apoyaría porque tiene capacidad para hacerlo, es un buen presidente", cree este otro. Otro, sin embargo, dice que "no se fiaría de un político que ya ha sido detenido por corrupción y no creo que Lula sea la persona adecuada para dirigir nuestro país."
El presidente Bolsonaro ha acusado al juez que anuló las condenas de Lula de ser parcial y tener fuertes vínculos con el Partido de los Trabajadores del expresidente. "El magistrado Fachin tenía un gran vínculo con el PT", dijo Bolsonaro, en alusión al Partido de los Trabajadores, fundado en 1980 por Lula, quien dirige esa formación desde entonces.
Según Bolsonaro, líder de una emergente ultraderecha y mayor antagonista de Lula y del PT, "obviamente esa decisión" de Fachin deberá ser analizada por el pleno del Supremo, lo cual depende de que haya una apelación contra el fallo que anuló las sentencias, en la cual ya trabaja la Fiscalía General.
Sobre la posibilidad de que Lula le dispute la presidencia, Bolsonaro dijo estar convencido de que "el pueblo brasileño ni siquiera querría tener un candidato como ese en 2022 y mucho menos pensar en votarlo", porque "al final de cuentas, todos los escándalos que hubo en su Gobierno están claros frente a toda la sociedad".
Bolsonaro se ha enfrentado a numerosas críticas en las últimas semanas por la gestión de su Gobierno de la pandemia de coronavirus, aunque su popularidad sigue siendo enorme.