Día Mundial del Agua: El planeta se deshidratará antes de morir de hambre, al igual que las personas

Día Mundial del Agua: El acceso universal al agua salvaría a las personas y al planeta.
Día Mundial del Agua: El acceso universal al agua salvaría a las personas y al planeta. Derechos de autor Copyright Getty via Canva
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Por Mark Smith
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En este Día Mundial del Agua, el doctor Mark Smith, Director General del Instituto Internacional de Gestión del Agua, explica por qué la gestión del agua podría salvar vidas y el planeta.

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En este Día Mundial del Agua, el doctor Mark Smith, Director General del Instituto Internacional de Gestión del Agua (IWMI, por sus siglas en inglés), explica por qué la gestión del agua podría salvar vidas y el planeta.

Tras haber puesto a millones de personas más en riesgo de padecer hambre aguda, la pandemia de la COVID-19 ha sentado las bases para un año en el que, ahora o nunca, habrá que repensar todo el sistema que sustenta la alimentación y la nutrición.

Mientras nos recuperamos de la pandemia y ponemos en marcha medidas para prevenir futuras crisis, en 2021 los países se comprometerán a hacer que los sistemas alimentarios sean más equitativos, nutritivos y resistentes en la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU.

Mientras tanto, también deben conciliar la creciente demanda de alimentos con la carrera por reducir las emisiones de carbono y revertir la pérdida de biodiversidad mundial, que será el centro de atención en las conversaciones sobre el clima de la COP26 y en la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad.

Los objetivos medioambientales dependerán de los avances en la gestión del agua en el mundo.

Los progresos hacia un sistema alimentario más justo, fuerte y saludable que también cumplan los objetivos medioambientales dependerán del avance en la forma en que el mundo gestiona el agua, que es omnipresente desde el campo hasta la mesa, y un factor decisivo en la salud de las personas y del planeta.

Lejos de cumplir los objetivos en materia de agua

Sin embargo, no estamos en camino de cumplir la meta de garantizar agua y saneamiento para todos en 2030, tal y como se establece en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la ONU, ya que muchas fuentes de agua son cada vez menos fiables, están más contaminadas o ambas cosas.

Los sistemas alimentarios no pueden transformarse simplemente por sí mismos. Lograr un equilibrio para satisfacer las necesidades humanas sin agotar los recursos naturales no será fácil, pero creo que es posible si se tratan los alimentos, la tierra y el agua como un sistema complejo e interconectado.

Para mitigar las compensaciones entre las diferentes necesidades, los gobiernos y todos los demás actores deben reconocer, reevaluar y racionalizar el papel del agua en cada etapa.

Para empezar, esto significa contabilizar plenamente los suministros de agua necesarios para los sistemas alimentarios y gestionar estratégicamente las infraestructuras hídricas, incluidos los ecosistemas y los acuíferos (capas subterráneas de roca, de las que se extraen las aguas subterráneas).

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La construcción de presas es clave para la gestión del agua.Getty vía Canva

Dado el crecimiento de la industria, la agricultura y la generación de energía, que hacen un uso intensivo del agua, es vital que los gobiernos y las autoridades comprendan que el agua es un recurso finito y valioso que debe ser gestionado en todos sus usos.

Es vital que los gobiernos y las autoridades desarrollen una comprensión del agua como un recurso finito y valioso.

La agricultura, por ejemplo, representa el 70% del uso de agua dulce, y el agua para la alimentación suele equipararse a la gestión del agua en las explotaciones agrícolas. Sin embargo, se trata de una simplificación que pasa por alto los beneficios para las personas, el clima y la naturaleza de la gestión del agua en todo el sistema alimentario, desde el suministro de agua hasta la producción y el consumo.

El valor de los humedales del mundo en términos de suministro y almacenamiento de enormes reservas de agua asciende a decenas de billones de dólares y, sin embargo, alrededor de un tercio ha desaparecido desde 1970, en gran parte debido a la expansión de la agricultura.

La investigación es crucial

La inversión en investigación dedicada a la conservación de humedales y acuíferos, y a la explotación de presas y embalses, puede ayudar a descubrir las estrategias y políticas que los países necesitan para almacenar mejor el agua y distribuirla entre sus diversos usuarios.

En aras de reforzar la seguridad alimentaria y nutricional y de preservar los valiosos ecosistemas, los planes nacionales de transformación de los sistemas alimentarios harían bien en incluir soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de los humedales, para proteger el suministro de agua.

Más allá de asegurar la fuente, transformar los sistemas alimentarios significa también transformar las formas en que se utiliza el agua en la producción de alimentos. Dado que más del 80% de las tierras agrícolas dependen de la lluvia, que es cada vez menos predecible, el riego puede parecer una solución obvia.

Pero si bien el riego seguirá desempeñando un papel vital en la reducción de la vulnerabilidad a la escasez de agua, su expansión también debe tener en cuenta la disponibilidad de agua para que, a largo plazo, el riego no agrave el problema que pretendía resolver al agotar las reservas.

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Estas complejidades exigen equilibrar los riesgos climáticos con las demandas actuales y futuras de agua. El resultado es que para alimentar a 10.000 millones de personas dentro de los límites del planeta será necesario mejorar considerablemente la productividad del agua en la agricultura, o lo que es lo mismo, producir más con lo que tenemos. El cambio climático puede significar incluso el abandono del regadío allí donde los recursos hídricos se vuelvan poco fiables, y la expansión donde el agua probablemente siga siendo abundante.

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Necesitamos un acceso universal al agua.Getty vía Canva

Lucha por el acceso universal al agua

Si los sistemas alimentarios del mundo van a proporcionar con éxito dietas saludables y nutritivas para todos, entonces el acceso universal al suministro de agua potable es esencial.

El saneamiento y la higiene deficientes están relacionados con unos 4.000 millones de casos de enfermedades relacionadas con el agua y 3,4 millones de muertes al año. Un sistema alimentario que ignore la calidad del agua significará que los 2.200 millones de personas sin acceso al agua potable se quedarán atrás.

El agua desempeña un papel definitorio en el sistema alimentario, desde los ecosistemas y las infraestructuras que proporcionan y almacenan la fuente, pasando por el riego, el agua para la pesca y el ganado y, finalmente, hasta la preparación de nuestras comidas. Por consiguiente, las conversaciones mundiales, regionales y nacionales sobre los sistemas alimentarios no pueden cumplir sus grandes ambiciones si se deja de lado el agua.

El planeta se deshidratará antes de morir de hambre, al igual que las personas.

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En los prolegómenos de la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios, los organismos internacionales celebrarán un "Diálogo Mundial" dedicado al papel del agua en los sistemas alimentarios, en el que se aportarán ideas fundamentales sobre cómo gestionar y aprovechar este precioso recurso en beneficio de las personas, la resiliencia climática y los ecosistemas.

Este debería ser el año en que aprovechemos la oportunidad de garantizar que el agua se convierta en un elemento central de todas las políticas, inversiones y compromisos asumidos para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.

Este artículo fue originalmente publicado en inglés en Euronews Living.

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