Panamá exhuma víctimas de la invasión estadounidense para identificarlas con pruebas de ADN

Trabajadores forenses en el cementerio Jardín de Paz en Ciudad de Panamá, el 15 de abril de 2021.
Trabajadores forenses en el cementerio Jardín de Paz en Ciudad de Panamá, el 15 de abril de 2021. Derechos de autor AP / Arnulfo Franco
Por Blanca Castro con AP
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Al menos 3 000 personas murieron durante la invasión de 1989, hasta el día de hoy hay decenas de familias que desconocen el paradero de los cuerpos de sus parientes. Panamá espera resarcir uno de los peores episodios de su historia.

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Los trabajos en un cementerio de Ciudad de Panamá no se detienen. No están vinculados con la COVID-19, más bien se trata de un asunto pendiente con la historia.

Las autoridades panameñas han exhumado los restos de algunas víctimas de la invasión militar estadounidense de 1989 en un intento de identificarlas correctamente.

Muchas familias no están seguras de dónde fueron enterrados sus parientes o si fueron enterrados en las tumbas correctas. Brenda Bethancourt y sus hermanas, hijas del militar Braulio Bethancourt, esperan que esta iniciativa le ayude a encontrar a su padre.

"Sabemos como hijas del teniente Braulio Bethancourt, que el hombre que yace en esta tumba en este momento no es nuestro padre. Por eso estamos aquí, para aclararlo y para que el país lo sepa y podamos descansar de lo que nos ha causado tanta angustia durante 31 años".

Más de 30 conjuntos de restos han sido exhumados desde 2020. Son sometidos a pruebas de ADN por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá.

"Cuando realizamos la exhumación en 1990 en el cementerio 'Jardín de Paz', no existían los procedimientos que hoy tenemos para las pruebas de ADN. Se hacía de forma rudimentaria. Muchas personas no están seguras de que las personas que identificaron correspondan a sus familiares", explicó Geomara Guerra, fiscal superior de la Fiscalía Metropolitana.

Bethancourt dijo que su madre y su hermana estuvieron presentes durante la exhumación de las fosas comunes en mayo de 1990, cinco meses después de la invasión, y ambas afirmaron que el cuerpo que se les fue presentado no era el de su padre. 

El 20 de diciembre de 1989, 26.000 soldados estadounidenses llegaron a Panamá con la excusa de sacar del poder al dictador, el General Manuel Antonio Noriega.

Organizaciones no gubernamentales estiman que al menos 3 000 personas perdieron la vida y cientos fueron reportados como desaparecidos. Hasta el día de hoy no hay cifras exactas.

Los panameños esperan que estas exhumaciones arrojen un rayo de luz en uno de los peores episodios de su historia.

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