La contaminación generada por la acería de la localidad de Taranto durante dos décadas provocó un desastre ambiental además de numerosas enfermedades como un "exceso" de tumores y un aumento de la mortalidad infantil
Condenas multiples, por causar contaminación, contra los dueños y administradores de una fábrica del sur de Italia así como contra varios políticos, ha sido la setencia pronunciada por la justicia de Taranto.
El Tribunal de lo Penal de Taranto condenó a penas de 20 y 22 años de cárcel a los antiguos propietarios y administradores de la fábrica de acero de esta localidad donde la contaminación generada por la acería durante dos décadas provocó un desastre ambiental además de numerosas enfermedades como un exceso de tumores y un aumento de la mortalidad infantil.
La sentencia, tras cinco años de proceso, ha sido acogida con satisfacción por los activistas de esta ciudad que llevan años denunciando estos problemas ambientales y de salud.
Entre los 47 imputados se encuentra el expresidente de la región de Puglia Nichi Vendola, condenado a tres años de prisión, por suavizar su posición respeto a las emisiones nocivas de la acería.
El Tribunal de lo Penal también ordenó el decomiso de varias plantas de la fábrica por un delito de desastre ambiental atribuido a la dirección de la familia Riva, los antiguos propietarios hoy condenados. La acería llamada entonces ILVA, pasó en 2018 a formar parte del gigante Arcelor Mittal, que se convirtió en su principal accionista.
La contaminación de la industria siderúrgica de Taranto causa una mortalidad infantil que es un 21 % superior a la media regional, según datos del Ministerio de Salud.
Además, Taranto cuenta con un "exceso" de tumores, presumiblemente provocados por "las condiciones ambientales, laborales y los estilos de vida de la población", según un informe de 2017 del Ente Sanitario Local.