La reunión amparada por el representante de exteriores de la Unión Europea Josep Borrell en Bruselas entre el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el nuevo primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, ha acabado sin progresos.
PUBLICIDADLa reunión amparada por el representante de exteriores de la Unión Europea Josep Borrell en Bruselas entre el presidente de Serbia, **Aleksandar Vucic **y el nuevo primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, ha acabado sin avances.
Kosovo exige el reconocimiento de su independencia, que proclamó unilateralmente en 2008. Serbia se niega a aceptar que Kosovo sea un Estado soberano.
Ambos saben que no podrán ingresar en la UE sin resolver su conflicto.
Tras un año sin encuentros bilaterales se esperan más reuniones de las delegaciones durante el verano.
El encargado del diálogo entre Serbia y Kosovo en nombre de la Unión Europea, Miroslav Lajcak aseguró: _ "No ha sido una reunión fácil, pero era importante que se produjera. Ambos líderes mantuvieron un intercambio muy abierto y franco sobre lo que cada uno quiere del diálogo. Lo importante para la Unión Europea es que ambos líderes confirmaron que no hay otra forma de avanzar, que no sea normalizar las relaciones con Kosovo y Serbia"._
Sin embargo para algunos analistas el estímulo de formar parte de la Europa comunitaria no tendría ya el mismo atractivo capaz de vencer resistencias tan enraizadas
Florian Bieber, director del Centro de Estudios del Sudeste de Europa de la Univeridad de Graz, en Austria, entiende que_"La adhesión a la UE, en primer lugar, ya no es esa gran zanahoria que era hace quizá 10 años. Además, la Comisión Europea y los funcionarios de la UE no pueden realmente prometer que este proceso se desarrollará sin problemas. Recordemos que las conversaciones de adhesión están bloqueadas actualmente para Macedonia del Norte y Albania debido al veto de Bulgaria contra Macedonia del Norte, por lo que los Estados miembros individuales si pueden bloquear el progreso de los países"._
Las posiciones de Belgrado y Pristina siguen muy distanciadas.
El proceso ha sufrido varias interrupciones y estancamientos, como la parálisis entre noviembre de 2018 y mediados de 2020 provocada por la decisión de Pristina de imponer elevados aranceles a todos los productos importados de Serbia, levantados finalmente gracias a presiones internacionales.
La independencia de Kosovo es reconocida por numerosos países, incluido Estados Unidos y la mayoría de los socios europeos. No la reconocen España, Rusia, India y China, entre otros estados.